George Clooney denuncia que los actores contrarios a la guerra están vetados en EE UU
El intérprete presenta en Madrid 'Solaris' y 'Confesiones de una mente peligrosa', que dirige
Derrochó simpatía, fue ágil en sus respuestas y dejó clara su postura sobre la guerra de Irak. George Clooney (Lexington, Kentucky, 1961) se presentó ayer en Madrid para promocionar dos películas: Solaris, en la que actúa, y Confesiones de una mente peligrosa, su ópera prima como director y con la que el actor Sam Rockwell ha logrado el Oso de Plata en el Festival de Berlín. Habló del veto en EE UU a los actores que están en contra de la guerra de Irak, criticó a la Administración de Bush y dijo que los gobernantes, "antes de lanzarse a matar gente deben recorrer un largo ...
Derrochó simpatía, fue ágil en sus respuestas y dejó clara su postura sobre la guerra de Irak. George Clooney (Lexington, Kentucky, 1961) se presentó ayer en Madrid para promocionar dos películas: Solaris, en la que actúa, y Confesiones de una mente peligrosa, su ópera prima como director y con la que el actor Sam Rockwell ha logrado el Oso de Plata en el Festival de Berlín. Habló del veto en EE UU a los actores que están en contra de la guerra de Irak, criticó a la Administración de Bush y dijo que los gobernantes, "antes de lanzarse a matar gente deben recorrer un largo camino".
George Clooney habló, en un hotel de Madrid, de la guerra contra Irak a escasos metros de donde se encontraba la ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio. "Sé que en España la mayoría de la población no comparte la postura del Gobierno y creo que eso mismo ocurre en EE UU, aunque no se sepa", indicó. "Es difícil como americano venir a un país extranjero y hablar sobre lo que está ocurriendo allí. En mi país, a quien cuestiona las actuaciones de la Administración de Bush se le tacha de antipatriótico y no creo que eso sea cierto. Considero que los gobernantes, antes de lanzarse a matar gente deberían recorrer un largo camino". Clooney no tuvo reparos en acusar a Bush de manipular la información y acusarle de silenciar a los disidentes. "Lo brillante de la Administración de Bush ha sido convencer al pueblo americano de que ir a por Sadam Husein es ir a por la gente que nos ha atacado el 11-S, algo que muchos sabemos que no es cierto. A los actores no nos permiten hablar, los que estamos en contra de la guerra estamos siendo vetados. Y en estos momentos, que son complicados, no hay muchas voces disidentes en Estados Unidos".
El actor compareció ante la prensa cojeando -se lesionó el talón jugando un partido de baloncesto- y con catarro, pero todo ello no le impidió defender las dos películas que está promocionando en Europa: Solaris (estrenada la semana pasada en España), dirigida por Steven Soderbergh y basada en la novela de Stanislaw Lem, que en 1972 Andréi Tarkovski ya llevó a la gran pantalla, y Confesiones de una mente peligrosa (que se exhibirá en las pantallas españolas en septiembre), su primera incursión en la dirección y con la que el actor protagonista, Sam Rockwell, logró el Oso de Plata en el pasado Festival de Berlín.
Consciente de que ambas películas no van a lograr grandes resultados de taquilla, dijo que su objetivo y el de su productora, que comparte con el director Steven Soderbergh, es "intentar hacer buen cine, recuperar la estética del cine americano de los años sesenta y setenta, del cine independiente, y obras de otros países que puedan tener una lectura americana. Estamos trabajando en hacer una nueva versión de Nueve reinas, de Fabián Bielinsky, para el público americano".
Con gracia y humor, respondió a las preguntas sobre su físico, su cerdito mascota y sobre su amistad con la actriz Renée Zellweger: "No estoy saliendo con ella, desafortunadamente para mí".