Tribuna:COYUNTURA INTERNACIONAL

Armonización fiscal

Hace dos años y medio, en la cumbre de Santa María de Feira, la Unión Europea acordó la implementación de un sistema de intercambio de información sobre los rendimientos del ahorro en forma de intereses obtenidos por los ciudadanos europeos en otros Estados miembros. Esta decisión, pieza clave de la llamada armonización fiscal del ahorro, implicaba la eliminación del secreto bancario en la UE. Los países en los que esta práctica se encuentra más arraigada supeditaron su adhesión a que terceros países, entre ellos EE UU y Suiza, se comprometieran a establecer también un sistema de intercambio d...

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Hace dos años y medio, en la cumbre de Santa María de Feira, la Unión Europea acordó la implementación de un sistema de intercambio de información sobre los rendimientos del ahorro en forma de intereses obtenidos por los ciudadanos europeos en otros Estados miembros. Esta decisión, pieza clave de la llamada armonización fiscal del ahorro, implicaba la eliminación del secreto bancario en la UE. Los países en los que esta práctica se encuentra más arraigada supeditaron su adhesión a que terceros países, entre ellos EE UU y Suiza, se comprometieran a establecer también un sistema de intercambio de información con los países comunitarios. Como era previsible, esta condición ha resultado muy difícil de satisfacer.

La nueva propuesta europea sobre fiscalidad del ahorro no es homogénea para todos los países

Así, el pasado 21 de enero, el Ecofín llegó a un nuevo acuerdo por el que Bélgica, Luxemburgo y Austria establecerán una retención a cuenta del impuesto sobre la renta para los ciudadanos europeos extranjeros que inviertan sus ahorros en estos países. Dicha retención será del 15% desde 2004 a 2006, del 20% desde 2007 a 2009 y del 35% desde 2010. Estos países sólo adoptarán el sistema automático de intercambio de información (que se introducirá en el resto de la UE a comienzos de 2004) una vez que EE UU, Suiza, Liechtenstein, San Marino, Mónaco y Andorra compartan bajo petición la información de que disponen sobre los rendimientos de las inversiones de los ciudadanos de la UE.

En la literatura económica no existe un consenso acerca de si el intercambio de información es una mejor alternativa que el establecimiento de una retención. Sin embargo, no parece satisfactorio haber alcanzado un acuerdo que no será aplicable de manera homogénea a toda la UE. Las restricciones que lo han impedido han sido muchas, entre ellas la unanimidad requerida para su aprobación. No obstante, este compromiso, en su versión actual, no supone un gran avance hacia la armonización financiera en Europa. Para aspirar a que se defina un terreno igualitario para todos los proveedores de servicios financieros de la UE habrá que confiar en que la impopularidad cada vez mayor de la falta de transparencia financiera lleve a un cambio de actitud de algunos países. La construcción de un mercado único de servicios financieros en Europa ha de procurar evitar que se generen fenómenos de deslocalización del ahorro motivados por cuestiones de opacidad fiscal.

Carmen Hernansanz es economista-jefe de Banca, Sistema Financiero y Nueva Economía del Servicio de Estudios de BBVA.

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