Las bases de Unió exigen a la cúpula que negocie con firmeza las listas

Aparecen los primeros conflictos de representatividad municipal

La dirección de Unió Democràtica (UDC) recibió ayer una regañina de las bases del partido por su escasa firmeza a la hora de negociar con Convergència (CDC) la confección de las listas municipales. Los cuadros democristianos, que consideran desmesuradas las concesiones a sus socios de federación, hicieron constar su malestar con una fría acogida al anuncio de su líder, Josep Antoni Duran Lleida, de que encabezará la candidatura de Convergència i Unió (CiU) en las próximas elecciones generales de 2004.

A finales del pasado año, CiU ya había designado a la mayoría de sus ...

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La dirección de Unió Democràtica (UDC) recibió ayer una regañina de las bases del partido por su escasa firmeza a la hora de negociar con Convergència (CDC) la confección de las listas municipales. Los cuadros democristianos, que consideran desmesuradas las concesiones a sus socios de federación, hicieron constar su malestar con una fría acogida al anuncio de su líder, Josep Antoni Duran Lleida, de que encabezará la candidatura de Convergència i Unió (CiU) en las próximas elecciones generales de 2004.

A finales del pasado año, CiU ya había designado a la mayoría de sus alcaldables tras un proceso negociador inusualmente pacífico entre ambos partidos. Este éxito fue exhibido por los dirigentes nacionalistas como una muestra de la buena marcha de la federación. Pero ahora, a tres meses de las elecciones, las listas continúan vacías y empiezan a emerger disputas entre los dos socios.

Las bases democristianas se lamentan del afán de los convergentes por copar los puestos reservados a la federación y que deben ser fruto del consenso. Y en esta batalla, puntualizan, la dirección de Unió, lejos de mostrar una actitud de firmeza, "evita enfrentarse con CDC".

Las intervenciones de los cuadros democristianos en el Consejo Nacional de Unió -máximo órgano de decisión entre congresos- sirvieron para constatar este descontento. Fue sintomática la protesta de un militante de Montsià que se quejaba de los problemas con CDC en su comarca. Y en los pasillos no fueron pocos los militantes que echaron en falta, al menos, una muestra de aliento por parte de Ramon Espadaler, nuevo presidente del Consejo Nacional, durante su intervención.

El malestar reinante no se manifestó sólo en las intervenciones. Entre la militancia tampoco pasó inadvertida la fría acogida a la confirmación de Duran Lleida de presidir la lista de CiU para las elecciones generales de marzo de 2004. Duran lo anunció en su discurso y también el ex consejero de Trabajo Lluís Franco, quien llegó a afirmar que por fin CiU tendrá su mejor candidato al Congreso de los Diputados.

No obstante, desde la dirección se minimizó este clima enrarecido y se recordó que toda la militancia conocía la candidatura de Duran, aunque no se hubiera anunciado oficialmente a las bases del partido.

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Pero la mayor parte del Consejo Nacional se dedicó a debatir la anunciada intervención armada en Irak. Los militantes democristianos expresaron su deseo de que se produzca una segunda resolución de la ONU y su apoyo a la manifestación del próximo día 15, pero no se adherirán a la plataforma convocante. Duran Lleida anunció su asistencia a la protesta.

Sentencia de Banyoles

En conferencia de prensa, el líder de Unió también expresó su solidaridad con el Ayuntamiento de Banyoles tras conocerse la sentencia condenatoria del ex concejal de Medio Ambiente por el naufragio del catamarán L'Oca. Duran Lleida terció en la disputa entre la consejera de Justicia, Núria de Gispert, y el conseller en cap, Artur Mas. "Las sentencias se tienen que acatar cuando son firmes, y ésta todavía no lo es", advirtió el líder democristiano.

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