Queremos salir
Aznar, Berlusconi, Blair, Bush, Sharon, el pensamiento único, el autoritarismo, los que creen tener razón porque las urnas o las armas les han dado un cheque en blanco... nos están llevando a un callejón sin salida. Nos cogen de la mano en nombre de la libertad y la lucha contra el mal, y nos quieren llevar a revivir la historia, esa historia reciente de fascismo y destrucción que la sociedad parece haber olvidado. Y nos llevan con la política del "no pienses, no cuestiones, no llegues al fondo de nada, no te preocupes, yo te distraigo". Nos inducen a estar pendientes de si el Príncipe se cas...
Aznar, Berlusconi, Blair, Bush, Sharon, el pensamiento único, el autoritarismo, los que creen tener razón porque las urnas o las armas les han dado un cheque en blanco... nos están llevando a un callejón sin salida. Nos cogen de la mano en nombre de la libertad y la lucha contra el mal, y nos quieren llevar a revivir la historia, esa historia reciente de fascismo y destrucción que la sociedad parece haber olvidado. Y nos llevan con la política del "no pienses, no cuestiones, no llegues al fondo de nada, no te preocupes, yo te distraigo". Nos inducen a estar pendientes de si el Príncipe se casa o no para que no entremos en si se debe seguir manteniéndolo, a seguir pensando que la política no va con nosotros y no en cómo es posible que Blair y Aznar tengan tanto en común, a seguir viendo desde muy lejos que los de siempre tienen cada vez más y no a preguntarnos cómo puede ser que cada día cueste más llegar a final de mes ni por qué hay personas durmiendo en los cajeros automáticos. Pues bien, pueden suceder dos cosas: que vayamos ganando insensibilidad ante nuestra cotidianidad y, por lo tanto, se destruya toda esencia en el ser humano, o que al encontrarnos acorralados en esa oscuridad del callejón intentemos salir de él. Por favor, no nos aprisionen más, queremos salir.