Crítica:CRÍTICAS

Ajuste de cuentas

Primer largometraje de un afamado director de cortos, el malagueño Chiqui Carabante -alguno de los suyos, como el multipremiado Bailongas, le sirvió para catapultarse hacia la realización comercial-, Carlos contra el mundo es un desangelado, inquietante, esforzado retrato de un joven a quien, tras la dramática muerte de su padre, su familia empuja a tomar decisiones, sin que nuestro hombre se vea muy dispuesto a aceptar el envite.

Hay mucho de ajuste de cuentas personal del director con su educación, con el mundo que conoció en su infancia, qué duda cabe. Y hay, y tal vez ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Primer largometraje de un afamado director de cortos, el malagueño Chiqui Carabante -alguno de los suyos, como el multipremiado Bailongas, le sirvió para catapultarse hacia la realización comercial-, Carlos contra el mundo es un desangelado, inquietante, esforzado retrato de un joven a quien, tras la dramática muerte de su padre, su familia empuja a tomar decisiones, sin que nuestro hombre se vea muy dispuesto a aceptar el envite.

Hay mucho de ajuste de cuentas personal del director con su educación, con el mundo que conoció en su infancia, qué duda cabe. Y hay, y tal vez sea eso lo más destacado de esta película irregular, a la que no hubiera venido nada mal una caritativa mano que hubiese aligerado algo su ya de por sí breve desarrollo, un estimable deseo de buscar un lenguaje propio, algo siempre necesario en un debutante. Un lenguaje hecho de un humor entre absurdo y surreal, no siempre de comprensión fácil, dicho sea de paso, y de un tempo narrativo que no debe nada a los más trillados clichés del cine al uso, lo que honra a nuestro debutante.

CARLOS CONTRA EL MUNDO

Director: Chiqui Carabante. Intérpretes: Julián Villagrán, Victoria Moro, Manolo Solo, Silvia Rey, Práxedes Nieto. Género: comedia dramática. España, 2002. Duración: 91 minutos.

Y por ahí asoma también, ingrato signo de nuestros tiempos, algo muy parecido a la misoginia. El personaje de Carlos parece un producto moldeado por mujeres que esperan de él algo que el propio protagonista no parece capaz de dar, de forma que las féminas que campan por la película se parecen a castradoras culpables de la infelicidad de nuestro hombre. O dicho de otra manera, que Carabante tiene mucho más respeto por su criatura masculina que por sus adláteres femeninas..., lo que termina descompensando una película que, con todo, deja intuir ramalazos de un cineasta interesante, de quien no conviene, desde ahora, perder la pista.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En