Guirado quería cobrar por confesar el secuestro, según el jefe de la policía de Olot

Críticas en el juicio a la Guardia Civil por su demora en la investigación del caso

"Lo que me revienta es que una persona acusada de un delito tan grave, que además es policía, sea capaz de pedirme dinero para contar lo que sabía". Josep Torrent, jefe de la policía local de Olot, aseguró ayer en su declaración ante la Audiencia de Girona que sintió "rabia" por el "morro" su subordinado, Antonio Guirado, quien la noche en que confesó su participación en el secuestro de Maria Àngles Feliu reclamaba "ayuda económica".

El jefe de la policía olotense mantiene que en esa noche crucial de la confesión de Guirado éste le insinuó que "algo sabía" sobre el secuestro, pero que n...

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"Lo que me revienta es que una persona acusada de un delito tan grave, que además es policía, sea capaz de pedirme dinero para contar lo que sabía". Josep Torrent, jefe de la policía local de Olot, aseguró ayer en su declaración ante la Audiencia de Girona que sintió "rabia" por el "morro" su subordinado, Antonio Guirado, quien la noche en que confesó su participación en el secuestro de Maria Àngles Feliu reclamaba "ayuda económica".

El jefe de la policía olotense mantiene que en esa noche crucial de la confesión de Guirado éste le insinuó que "algo sabía" sobre el secuestro, pero que no le presionó psicológicamente para forzar su testimonio. Torrent le dijo que la Guardia Civil tenía clara su participación y que su detención era inminente. Cuando el agente dio a entender que podía acabar en la cárcel, su jefe le aconsejó que declarara ante la juez.

El jefe policial admitió ayer que tenía confianza en Guirado como policía, aunque aclaró: "Jamás le hubiera dejado dinero". Torrent relató que, al poco tiempo de incorporarse a la plantilla, una empresa de jamones en la que había trabajado le reclamó a Guirado una cantidad producto de las ventas que no les había liquidado. El mando policial negó que hubiera recomendado al acusado del secuestro de Olot como jefe de policía de Torelló, cargo que desempeñó durante un año, periodo en el cual trabó amistad con otro de los principales implicados en el secuestro, Ramon Ullastre.

Torrent vertió también críticas contra la lentitud de la investigación de la Guardia Civil. Torrent no supo oficialmente de las sospechas de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil hacia su subordinado hasta una semana antes de la detención. En aquel momento le explicaron que tenían las pistas que apuntaban hacia el agente de Olot desde hacía dos años. Torrent les preguntó por qué habían esperado tanto tiempo para actuar y los guardias civiles le respondieron que tenían muchos casos y otros trabajos que atender. Torrent, ante las filtraciones periodísticas que apuntaban hacia miembros de la plantilla de la policía local, les reclamó que se acelerase la detención. "No quería que sufriese el resto de la plantilla", aseguró Torrent.

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