OPINIÓN DEL LECTOR

En honor a la verdad

¿Qué es la verdad y qué no es verdad de la narración de un acontecimiento cualquiera? Depende mucho de la historia personal de cada uno, de sus vivencias, de las opciones políticas que implícita o explícitamente tiene. Depende también de lo fiel que uno quiera ser a su conciencia, o bien a su partido o grupo en el que se incluya. A pesar de que eso sea así, nos duele cuando algo que hemos vivido en propia carne, alguien lo cuenta faltando a la verdad. Tal vez a nuestra verdad, pero eso que lo juzguen los demás.

Este domingo 12 de enero fui a misa en el pueblo en el que estoy empadronado...

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¿Qué es la verdad y qué no es verdad de la narración de un acontecimiento cualquiera? Depende mucho de la historia personal de cada uno, de sus vivencias, de las opciones políticas que implícita o explícitamente tiene. Depende también de lo fiel que uno quiera ser a su conciencia, o bien a su partido o grupo en el que se incluya. A pesar de que eso sea así, nos duele cuando algo que hemos vivido en propia carne, alguien lo cuenta faltando a la verdad. Tal vez a nuestra verdad, pero eso que lo juzguen los demás.

Este domingo 12 de enero fui a misa en el pueblo en el que estoy empadronado, Maruri. Exceptuando los últimos cinco meses, siempre que he estado en Maruri he ido a misa el domingo. El día 1 de setiembre fue la última vez. En el sermón la misa don Jaime (Larrinaga)dijo que en esos días había pensado que él no odiaba a nadie, que tenía mucho amor por todos y que muchos le habían criticado afirmando que había hecho daño al pueblo. Que el pueblo no existía como tal porque Hitler y otros (ETA) aluden al pueblo para cometer barbaridades, pero que de todas formas si alguien se había sentido ofendido personalmente o quería expresarle lo que opinaba, al finalizar la misa estaba dispuesto a hablar y a pedir perdón si hiciese falta.

Yo pensé que antes de criticar por fuera, al primero que tenía que decir lo que pensaba era a él, y tras la misa fui a hablar con él. No lo habíamos hecho nunca personalmente, (llevo dos años y medio viviendo en Maruri) y él me manifestó que ya tenía ganas de hablar conmigo porque me veía en misa muchas veces y no sabía quién era yo.

Tras las presentaciones, le dije que ante su propuesta en la homilía, venía a hablar con él para manifestarle que no estaba de acuerdo con su comportamiento. Que mucha gente del pueblo estaba realmente dolida, pues le habían apreciado y que ahora se sentían mal. Que ya habíamos visto en la misa de hoy, que ya no venía el organista, ni el joven que solía leer las lecturas, ni quien le ayudaba a dar de comulgar y que había sido triste ver como una señora durante la homilía había salido dando un portazo para regresar después.

Me contestó que no entendía a esas personas, que eran un poco especiales. Y le añadí que, para mí, se había dejado manipular por los medios de comunicación donde se habían expresado falsedades. Me dijo, que los medios de comunicación son así, que él nunca había dicho que el pueblo estaba contra él, sino que el Ayuntamiento estaba en su contra.

Entonces le recordé que una de las cosas que más me habían molestado era que en toda esa polémica él se hubiera prestado a dejarse fotografiar delante de una pintada de Gora ETA que no estaba en el pueblo, sino en Urduliz. Que eso era engañar y más cuando ese era uno de los motivos de la circular del Ayuntamiento. Me reconoció que en eso tenía razón, y que lo sentía. Que el fotógrafo del periódico quería sacarle la foto delante de una pancarta o pintada de Gora ETA o Presoak etxera. Él le dijo que en el pueblo no había ese tipo de pintadas y el fotógrafo le propuso que se fueran entonces a Mungia. "A Mungia no", -le respondió él-, "que me conocen todos, vamos hacia Butrón". Y en Urduliz la encontraron. Así con estas palabras me lo contó. Para mí, le dije, "has priorizado tu ego, saliendo en los medios de comunicación aún a sabiendas de que te manipulaban y decían mentiras sobre Maruri".

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Le comenté, además, que lo de ETA era una barbaridad, pero que con su actitud no se caminaba hacia la paz. Seguimos hablando del asunto, y al final me agradeció que le hubiera expresado mi opinión.

Este domingo 12 de enero todos los bancos de la iglesia estaban ocupados, pero no por gente del pueblo. Las personas del pueblo que van a misa ahora son poquísimas. Casi la totalidad del pueblo está dolida con la actitud de don Jaime. Unos por ideas políticas, pero sobre todo por desacuerdo con su actitud hacia el pueblo de Maruri. Y los que estaban tras la pancarta de Maruri ongi etorri, lo estaban fundamentalmente por este último. Y no por consignas de ningún partido, ni por ir en contra de las víctimas, ni a favor del terrorismo.

Hay nacionalistas y gente que no lo es. Es gente que sobretodo quiere a su pueblo natal o de residencia y que se siente dolida por la imagen que se ha dado de él. Hubo silencio y respeto en todo momento en la concentración.

No se trata de ir en contra de la libertad. Estoy seguro que a la inmensa mayoría de los que estaban allí, pues les conozco y he hablado con muchos de ellos sobre estos temas, les duele profundamente también la falta de libertad que padecen los que están amenazados por ETA.

El sufrimiento de las numerosas víctimas y los abusos de ETA dan cobertura ideológica a manipulaciones y tergiversaciones que no tienen fundamento en la realidad. Por ahí no se camina hacia la paz.

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