Un petrolero averiado navegó el pasado año frente al cabo de Gata

La última vez que se hizo uso del plan de seguridad previsto en Almería fue en enero de 2001 con el petrolero chipriota Castor, que transportaba 28.000 toneladas de gasolina con una fisura en su cubierta de 26 metros de costado a costado, frente a las costas de Cabo de Gata. Tres inspectores de la Autoridad Marítima española fueron enviados al barco. Finalmente, la Dirección General de la Marina Mercante ordenó al buque alejarse de las aguas jurisdiccionales españolas y el barco fue desplazado por la empresa griega Tsavliris Russ, contratada por el propio armador.

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La última vez que se hizo uso del plan de seguridad previsto en Almería fue en enero de 2001 con el petrolero chipriota Castor, que transportaba 28.000 toneladas de gasolina con una fisura en su cubierta de 26 metros de costado a costado, frente a las costas de Cabo de Gata. Tres inspectores de la Autoridad Marítima española fueron enviados al barco. Finalmente, la Dirección General de la Marina Mercante ordenó al buque alejarse de las aguas jurisdiccionales españolas y el barco fue desplazado por la empresa griega Tsavliris Russ, contratada por el propio armador.

Aunque el puerto de Almería no es muelle de atraque para buques petroleros sí es cierto que el extremo oriental de Andalucía, el Mar de Alborán, presenta un elevado tráfico de barcos con mercancías peligrosas.

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El tráfico de barcos por el Mar de Alborán y la ruta de Cabo de Gata puede oscilar entre los 20.000 y 22.000 anuales, de los cuales la tercera parte portan mercancías peligrosas. "El concepto de peligroso no significa que sea combustible ni petróleo. Cualquier material que pueda arder en la bodega, como el algodón, se considera peligroso", explica el jefe de Salvamento Marítimo, Miguel Zea.

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