El abogado de Feliu afirma que no se pagó rescate por la "incompetencia" de los raptores

El ex marido de la farmacéutica relata lo mucho que tardó la secuestrada en recuperarse

El letrado Joan Capdevila, portavoz de la familia durante el secuestro de Maria Àngels Feliu y encargado de negociar el rescate con los secuestradores, calificó ayer de "pandilla de incompetentes" a los delincuentes que retuvieron durante 492 días a la farmacéutica olotense. Tanto Capdevila como el padre de la farmacéutica de Olot, Tomàs Feliu de Cendra, que ayer declararon en la Audiencia de Girona, atribuyeron a la inexperiencia de los delincuentes las dificultades para conseguir una pronta liberación a cambio de un rescate que, según afirman, estaban dispuestos a pagar.

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El letrado Joan Capdevila, portavoz de la familia durante el secuestro de Maria Àngels Feliu y encargado de negociar el rescate con los secuestradores, calificó ayer de "pandilla de incompetentes" a los delincuentes que retuvieron durante 492 días a la farmacéutica olotense. Tanto Capdevila como el padre de la farmacéutica de Olot, Tomàs Feliu de Cendra, que ayer declararon en la Audiencia de Girona, atribuyeron a la inexperiencia de los delincuentes las dificultades para conseguir una pronta liberación a cambio de un rescate que, según afirman, estaban dispuestos a pagar.

Ninguna de las partes representadas en el juicio ha preguntado hasta ahora a los familiares de Feliu que han prestado declaración en el juicio si hicieron alguna tentativa de pago del rescate al margen de la policía. No obstante, los testimonios prestados hasta ahora dan a entender que la Guardia Civil estaba al tanto, en todo momento, de cualquier intento de pago.

El octogenario padre de Maria Àngels Feliu explicó ayer que no cree que los supuestos secuestradores se dieran cuenta de que la Guardia Civil vigilaba el primer intento de pago frustrado. El presunto secuestrador no acudió a la cita y realizó una segunda llamada para achacar al padre de Feliu que le hubiera engañado. El delincuente aseguró haber visto guardias civiles y policías locales. "La Guardia Civil se situó en lugares estratégicos. No creo que viesen a ninguno, pero el miedo les hacía correr", relató ayer Tomàs Feliu de Cendra.

Es posible que la implicación de policías locales de Olot en la trama permitiera a éstos enterarse a priori de que se les tendía una trampa. "Deseábamos pagar y estábamos preparados. Hubiéramos pagado cualquier cosa, pero no pudimos hacerlo", admitió el padre de Feliu. "Conocían el oficio de cogerla, pero no la manera de hacer el trueque. Eso no lo habían estudiado", añadió Tomàs Feliu.

Capdevila encontró otro ejemplo de la incompetencia de los secuestradores en una de sus peticiones de dinero. Les reclamaron 250 millones de pesetas en billetes de mil usados. El letrado explicó que el peso de estos billetes sería imposible de transportar.

El padre de la farmacéutica explicó que el estado de ánimo de la familia no era el más adecuado para negociar, de ahí que contrataran a Control Risks, una empresa inglesa especializada en secuestros. Joan Capdevila recordó que esta empresa les advirtió sobre los "aprovechados" que intentarían sacar dinero del secuestro -fueron muchos- y les hizo preparar unas preguntas esenciales para comprobar si los secuestradores eran auténticos. También les dijo que debían estar atentos a todo, puesto que "tras una vidente o un perturbado podría surgir un contacto con los secuestradores".

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Irreconocible

Francisco Pérez, marido de Maria Àngels Feliu durante el secuestro, explicó ayer al tribunal que se convirtió en una especie de "sonámbulo" durante los primeros días que siguieron al secuestro. Pérez vio con terror cómo el coche de su mujer salía a toda velocidad del garaje familiar conducido por un encapuchado. El ahora ex marido de Feliu explicó que siempre intentaron contar la verdad a sus tres hijos: "Les decíamos que unos señores malos la tenían y que pronto estaría con nosotros".

Pérez relató las duras secuelas que dejó en Maria Àngels Feliu el secuestro. Cuando la liberaron, estaba tan irreconocible que incluso uno de sus hijos se ocultó de ella mientras los otros la observaban a distancia. "Tenía un aspecto horrible, sus rodillas eran más anchas que toda la pierna, tenía la espalda comida y manchada, y su olor era terrible", recordó.

Francisco Pérez explicó que no contestó a ninguna llamada de los secuestradores ni participó en ningún intento de pago del rescate. Pérez relató algunas de las claves que sirvieron a la familia Feliu para certificar la veracidad de las llamadas de los secuestradores. En una ocasión, los secuestradores utilizaron como clave una de las comidas infantiles preferidas de Feliu, el puré de patata con salchichas. Esta referencia surgió en una de las llamadas tras las que se acabó por pactar una entrega de dinero, aunque luego nadie fue a buscarlo.

El ex marido de Feliu afirmó, en una declaración que tuvo momentos de gran emotividad, que a Maria Àngels le costó mucho tiempo recuperarse tras el secuestro. Durante meses tuvo miedo de entrar en el garaje en el que fue secuestrada y todavía ahora protege mucho a sus hijos. Pérez habló con emoción de la noche de la liberación y recordó que pasaron horas hablando, en un intento de "resumir 492 días en una noche".

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