OPINIÓN DEL LECTOR

Promesas y mentiras

¿Cuánto vale la palabra de la Administración? ¿Nada? En octubre de 2001, la delegación de Educación y Ciencia mandó, por fin, un técnico del servicio de mantenimiento a revisar el mobiliario del colegio público San Isidoro de Sevilla. Este buen señor se llevó las manos a la cabeza y se preguntó en voz alta que cómo era posible que nuestros niños trabajaran sentados en esas sillas y con esas mesas, antiquísimas, deterioradas, que no eran ergonómicas En fin, que no nos preocupáramos, que antes de Navidad (¡de 2001!) estarían en el colegio los nuevos muebles. Ha pasado más de un año, multitud de ...

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¿Cuánto vale la palabra de la Administración? ¿Nada? En octubre de 2001, la delegación de Educación y Ciencia mandó, por fin, un técnico del servicio de mantenimiento a revisar el mobiliario del colegio público San Isidoro de Sevilla. Este buen señor se llevó las manos a la cabeza y se preguntó en voz alta que cómo era posible que nuestros niños trabajaran sentados en esas sillas y con esas mesas, antiquísimas, deterioradas, que no eran ergonómicas En fin, que no nos preocupáramos, que antes de Navidad (¡de 2001!) estarían en el colegio los nuevos muebles. Ha pasado más de un año, multitud de cartas y requerimientos a la delegación, entrevistas, llamadas de teléfono... y hasta ahora. Los niños siguen sentados en el mismo sitio.

¿No pueden o no quieren arreglarlo? ¿Estamos ante otra promesa incumplida o ante una mentira descarada? ¿Tienen verdadera intención de solucionarlo? ¿O no?

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