OPINIÓN DEL LECTOR

Llamada de conciencia

Antes de salir de donde yo vivo, me pongo mi camisa negra, mi pantalón blanco, mis calcetines y zapatos negros; echo un vistazo al espejo, mi pelo está en orden. "Like a gentleman" me pongo.

Al abrir la puerta, y a la altura de mis ojos, una nota firmada por la sociedad, dice: "Tenderías a ser conformista con las normas convencionales y que son de 'alta' civilización". Vale, me digo a mí mismo, a esas normas estoy siempre sometido. Pero andando por la calle me siento incómodo. Echo otro vistazo sobre mí. Nada que rectificar. Todo me parece bien. Sin embargo, para otros no lo estoy. El p...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Antes de salir de donde yo vivo, me pongo mi camisa negra, mi pantalón blanco, mis calcetines y zapatos negros; echo un vistazo al espejo, mi pelo está en orden. "Like a gentleman" me pongo.

Al abrir la puerta, y a la altura de mis ojos, una nota firmada por la sociedad, dice: "Tenderías a ser conformista con las normas convencionales y que son de 'alta' civilización". Vale, me digo a mí mismo, a esas normas estoy siempre sometido. Pero andando por la calle me siento incómodo. Echo otro vistazo sobre mí. Nada que rectificar. Todo me parece bien. Sin embargo, para otros no lo estoy. El problema es de mi cara. No se asusten, señores lectores, no tengo una cara fea, pero sí una cara que pertenece al otro lado del Mediterráneo. Una cara que por mucho que parezca sea culpable. Pero, digo a usted que nadie elige ni a su padre ni a su madre, ni a su nombre ni a su país materno. Ni ellos nos preguntan si queremos venir a la vida o no. Y si acaso, es lo contrario, pregunto si hay alguien que puede adoptarme y bautizarme con un nombre nuevo para ser un ser "humano" integrado en aquella sociedad. Por supuesto, no es justo que nos traten a todos así por cuatro delincuentes.-

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En