La derecha de Francia se funde en un solo partido frente a la división de la izquierda

Aznar, invitado de honor en el nacimiento de la UMP, busca en París nuevas alianzas europeas

El presidente del Gobierno español, José María Aznar, efectuó ayer una visita a París tan breve como simbólica. Se dio un baño de multitudes en el congreso de unificación de la derecha francesa, agradeció la cooperación antiterrorista de Francia, recomendó a los franceses que confíen "en los ciudadanos y no en el sector público" y se dejó ovacionar por los 15.000 asistentes al congreso de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), nuevo nombre adoptado por la Unión por la Mayoría Presidencial con la que el presidente francés, Jacques Chirac, ganó las últimas elecciones.

La visita de Azna...

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El presidente del Gobierno español, José María Aznar, efectuó ayer una visita a París tan breve como simbólica. Se dio un baño de multitudes en el congreso de unificación de la derecha francesa, agradeció la cooperación antiterrorista de Francia, recomendó a los franceses que confíen "en los ciudadanos y no en el sector público" y se dejó ovacionar por los 15.000 asistentes al congreso de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), nuevo nombre adoptado por la Unión por la Mayoría Presidencial con la que el presidente francés, Jacques Chirac, ganó las últimas elecciones.

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La visita de Aznar fue el preludio de 10 días de intensos contactos entre ambos Gobiernos. Si esto no es una nueva luna de miel París-Madrid, al menos puede hablarse de una búsqueda pragmática de aliados en el seno de Europa y de la UE. La calurosa acogida compensó el lógico cansancio con que Aznar abordó el epílogo parisiense tras el accidentado viaje a la República Dominicana para asistir a la XII Cumbre Iberoamericana en Playa Bávaro.

Chirac ofreció a Aznar su ayuda para pedir responsabilidades en la Unión Europea a los que permiten la navegación de barcos como el Prestige (un dardo envenenado antibritánico), al tiempo que le pidió que asista el sábado a una conferencia de países acreedores de Líbano, que Chirac está organizando personalmente. Se preparan varios encuentros personales entre los ministros de Interior de ambos países, y todo ello antes de la cumbre hispano-francesa, prevista para el 26 de noviembre, un dinamismo que contrasta con el aplazamiento de la cumbre franco-británica, atascada tras una supuesta disputa dialéctica entre Chirac y Tony Blair.

El propio primer ministro, Jean-Pierre Raffarin, se encargó de trasladar a Aznar en su comitiva hasta Le Bourget, al norte de París, donde se celebraba el congreso de la UMP. Acogidos con música tecno, y con el mayor nivel de decibelios del que es capaz una masa de franceses bien educados, Aznar no se cortó un pelo a la hora de cantar las excelencias de la unidad ante la derecha de un país que ha vivido históricamente muy fragmentada: "Hay que tener un partido, un proyecto, un equipo: no uno, ni dos, ni cuatro. (...) El modelo que escogéis hoy es un modelo que funciona: yo lo sé especialmente bien", dijo en referencia a la conversión de las familias de Alianza Popular en el PP.

Tras la súbita aceleración del eje franco-alemán, Aznar se apuntó a una visión europea grata a los franceses, hablándoles de que "Europa no se hará sin la determinación de las grandes naciones históricas del continente", y de que Francia y España "comparten una sensibilidad europea que debe ser defendida con convicción en una UE ampliada".

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Socialistas españoles

Y en un país donde la izquierda perdió recientemente el poder, el jefe del Gobierno español no desaprovechó la ocasión para ensayar el sarcasmo: "A propósito, los socialistas españoles decían que su modelo para ganar las elecciones era el Partido Socialista Francés: no les he vuelto a oír eso desde hace algunos meses".

Desde la izquierda francesa, el primer secretario de los socialistas, François Hollande, acogió el nacimiento de la UMP como "un acontecimiento significativo de la vida política francesa" y reconoció que la oposición debe ser consciente "de la necesidad de unidad".

Aznar sólo fue uno de los 400 invitados internacionales al congreso, pero sin duda el más esperado. Antes que él intervino el jefe del Gobieno portugués, José Manuel Durão Barroso, quien se apuntó al liderazgo francés en Europa, no sin dejar claro qué espera a cambio: que "todos los Estados miembros [de la UE] continúen siendo iguales en dignidad y en derechos".

Angela Merkel, recientemente reelegida presidenta de la CDU alemana, recalcó la colaboración de su partido con la UMP en "el Partido Popular Europeo", único ámbito común de ambas formaciones, puesto que los conservadores alemanes no están en el Gobierno de su país.

La creación de la UMP es un éxito para Jacques Chirac, que dispone ahora de una formación política muy estructurada. La apuesta es convertirla en un laboratorio de ideas políticas, para que no se convierta en una mera unión de fachada.

Chirac no asistió al congreso. En un mensaje a los militantes, el presidente de la República dio dimensiones históricas al acto de ayer, saludando la constitución de la UMP como "un sueño esbozado al día siguiente de la II Guerra Mundial" y deseó que el nuevo partido político se convierta en "uno de los grandes actores de la vida democrática francesa e internacional".

José María Aznar y Jean-Pierre Raffarin entran en el palacio de Matignon.DANIEL MORDZINSKI

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