El caso del mercado perfectamente prescindible

Las empresas eléctricas han apuntalado su posición en Bolsa con la decisión del Gobierno de conceder subidas de tarifas para los próximos ocho años : 1,65% de aumento en 2003 y del 1,4% como media hasta el final del plazo y el reconocimiento de un déficit tarifario de 1.300 millones de euros, generado en los años 2000 y 2002. El nuevo esquema tarifario ha quedado (una vez más) sin explicar, pero ya parece normal que la tarifa eléctrica se explique por la fe, cuando sube y cuando baja. Pero el espectacular concepto de déficit tarifario provoca, además de admiración hacia ...

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Las empresas eléctricas han apuntalado su posición en Bolsa con la decisión del Gobierno de conceder subidas de tarifas para los próximos ocho años : 1,65% de aumento en 2003 y del 1,4% como media hasta el final del plazo y el reconocimiento de un déficit tarifario de 1.300 millones de euros, generado en los años 2000 y 2002. El nuevo esquema tarifario ha quedado (una vez más) sin explicar, pero ya parece normal que la tarifa eléctrica se explique por la fe, cuando sube y cuando baja. Pero el espectacular concepto de déficit tarifario provoca, además de admiración hacia la habilidad de las empresas eléctricas para encontrar etiquetas que justifican sacar más dinero a los consumidores, consideraciones variadas acerca de las especiales relaciones del lobby eléctrico con el Gobierno.

Desde la Administración, con la aquiescencia de las empresas, se decidió en 1997 que el precio que marcaba la línea de competencia o incompetencia en el mercado eléctrico que se supone regula el coste de la electricidad era de 6 pesetas por kilowatio hora. Ahora bien, el precio medio real en el año 2000 y 2002 ha rebasado cumplidamente esa barrera y se ha aproximado a las 8 pesetas. No es ajeno a esta subida el hecho de que las empresas tienen poder real para alterar el precio a voluntad (Endesa, Iberdrola y Unión Fenosa controlan en torno al 90% de la oferta eléctrica). Ahora bien, si las empresas van a recibir 1.300 millones de euros en concepto de déficit tarifario porque el coste de la electricidad ha pasado de las 6 pesetas ¿para que sirve el precio de referencia? Las eléctricas ganan siempre, con independencia de la eficiencia que demuestren. Si el precio en el mercadillo es inferior a las 6 pesetas, se quedan con la diferencia en buena lid; y si es superior, el Gobierno ya se encarga de que los consumidores paguen la diferencia; eso sí, imputando el exceso a la distribución, para evitar problemas con Bruselas.

Estamos ante el insólito caso de un mercado que no sirve para fijar los precios. Y además ¿quien garantiza que las empresas, que controlan de verdad el precio no van a utilizar cuano consideren oportuno su poder de mercado para elevar el precio artificialmente y presionar así al Gobierno para que las tarifas carguen con la factura?

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