Crítica:ÓPERA | 'UN SUEÑO DE UNA NOCHE DE VERANO'

Shakespeare, versión Mozart

Del festival de Aix-en-Provence, a través de la Academia Europea de la Música en su edición de 2002, desembarcan este mes en España dos espectáculos: la ópera La zorrita astuta, de Janácek, en el teatro Calderón de Valladolid, a partir del 28, y este 'sueño de verano' Shakespeare-Mozart, en las últimas bocanadas del actual Festival de Otoño madrileño.

La versión de Wittenbrick se representó 18 veces en Aix el pasado julio en el patio al aire libre de un palacete, con el encanto de unos árboles gigantescos, una fuente circular y el ambiente de la noche provenzal. Al trasladarse a ...

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Del festival de Aix-en-Provence, a través de la Academia Europea de la Música en su edición de 2002, desembarcan este mes en España dos espectáculos: la ópera La zorrita astuta, de Janácek, en el teatro Calderón de Valladolid, a partir del 28, y este 'sueño de verano' Shakespeare-Mozart, en las últimas bocanadas del actual Festival de Otoño madrileño.

La versión de Wittenbrick se representó 18 veces en Aix el pasado julio en el patio al aire libre de un palacete, con el encanto de unos árboles gigantescos, una fuente circular y el ambiente de la noche provenzal. Al trasladarse a Madrid el espectáculo hace más evidentes sus carencias, tanto musicales como dramatúrgicas. No es precisamente la opción artística más representativa de Lissner para comparecer en la ciudad por la que pasó fugazmente como director artístico del Real. Tampoco el Festival de Otoño ayuda demasiado. Podría al menos haber sacado una fotocopia con la procedencia de los fragmentos de Mozart utilizados por los personajes shakesperianos para facilitar al público el juego de las correspondencias.

Un sueño de una noche de verano

Espectáculo creado y dirigido por Franz Wittenbrik, con música de Mozart aplicada a la obra de Shakespeare. Producción del Festival de Aix-en-Provence. Teatro de la Abadía, Festival de Otoño, Madrid, 14 de noviembre.

La idea de partida es sugerente. Los problemas surgen porque la interpretación no está a la altura de las circunstancias. Los cantantes forman una compañía voluntariosa, aunque insuficiente para la complejidad de la poesía vocal mozartiana. Teatralmente, el aire de divertimento no impide que se caiga en lo trivial. Puck toreando, o la reiterada utilización del chorrito de agua como alusión sexual, son muestras de banalidad teatral, en un empeño que requiere sutileza. El sentido del humor es bastante burdo y la velada pasa por fases soporíferas. El Festival de Otoño ha demostrado el poco peso que tiene la música en sus planteamientos. Pero al menos podría tener un poco más de exigencia en los escasos espectáculos a ella dedicados. Aunque estén vinculados al formato teatral.

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