Una mujer y su novio, heridos de gravedad al ser tiroteado su bar

El agresor efectuó varios disparos contra el local desde una moto

Nuria Palomino García, de 27 años, y su novio, Sabrino Pizarro Fernández, de 41, fueron tiroteados alrededor de las cuatro de la madrugada de ayer cuando abandonaban la sala rociera Tirititram, propiedad de la herida. El agresor disparó cinco tiros, que atravesaron el cierre del local y alcanzaron a Nuria en el abdomen y a su novio en una rodilla y en un hombro. Ambos permanecen hospitalizados.

La sala rociera Tirititram, situada en la calle de Manuel Laborda, 11, en el distrito de Villaverde, fue escenario ayer de un sangriento tiroteo. Como consecuencia de ello, la dueña del local, Nu...

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Nuria Palomino García, de 27 años, y su novio, Sabrino Pizarro Fernández, de 41, fueron tiroteados alrededor de las cuatro de la madrugada de ayer cuando abandonaban la sala rociera Tirititram, propiedad de la herida. El agresor disparó cinco tiros, que atravesaron el cierre del local y alcanzaron a Nuria en el abdomen y a su novio en una rodilla y en un hombro. Ambos permanecen hospitalizados.

La sala rociera Tirititram, situada en la calle de Manuel Laborda, 11, en el distrito de Villaverde, fue escenario ayer de un sangriento tiroteo. Como consecuencia de ello, la dueña del local, Nuria Palomino, resultó herida en el abdomen, según informó el Samur. Las balas alcanzaron también a su novio, Sabrino Pizarro, en una rodilla y en el hombro.

Joaquín, testigo presencial del suceso y vecino del inmueble donde está el bar, explica que a las cuatro de la mañana Nuria y su novio decidieron dejar el bar. 'En ese momento ibámos a salir del local Nuria, Sabrino, un amigo y yo. De repente aparecieron por la calle un coche seguido de una moto armando mucho escándalo. Al ver la moto, Nuria gritó que ya estaba otra vez aquí [el de la moto] y echó el cierre del bar. Mi amigo y yo nos quedamos fuera. Entonces, el conductor de la moto, que llevaba un casco, sacó una pistola y empezó a disparar contra el cierre', relata Joaquín. 'Los agresores se dieron inmediatamente a la fuga; yo no pude ver las matrículas porque creo que estaban manipuladas para dificultar que alguien les identificara', apunta el testigo.

Joaquín había llegado al bar alrededor de las tres de la mañana para tomarse una copa. 'El cierre estaba medio cerrado y comenté a Nuria que si pensaba cerrar ya. Ella me contó que habían tenido un altercado muy desagradable con un hombre. Un chico había llegado a la sala rociera con muy malos modos, acusando a Nuria de haberle robado un perro y tenerlo escondido en algún lugar'. Nuria le comentó a ese amigo que tuvo que echar del local a ese individuo para evitar que hubiera más problemas, pero que éste había amenazado con volver. 'Y parece que eso fue lo que hizo', sospecha Joaquín.

Los dos vecinos del inmueble en cuyos bajos se encuentra la sala rociera aseguran que es un lugar muy agradable, donde van personas que ya se conocen. 'Nuria es bailarina y da clases de flamenco en una academia, y el bar lo abre los fines de semana. Allí lo único que se hace es cantar, bailar y beber algún fino, pero todo con muy buen rollo', explican.

Sin embargo, otros vecinos no son de la misma opinión. Según Rosa, el barrio ha cambiado mucho y está pensando en cambiarse de casa. 'Esto no es un hecho aislado; por las noches esto es un infierno, sobre todo los fines de semana. Además del bar donde han pegado esta noche los tiros, hay otro al lado frecuentado por extranjeros, donde siempre hay broncas', agrega Rosa. Ésta asegura que ha oído decir en más de una ocasión: 'Saca el arma de la guantera' cuando se ha producido alguna pelea.

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Otra vecina también opina que la situación se ha deteriorado tanto, que sus hijos no quieren que viva en el barrio. 'Oí mucho ruido, pero como es habitual, ni me preocupé', dice.

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