Maragall propone instaurar impuestos ecológicos sin aumentar la presión fiscal y crear el Síndico Ambiental

Pasqual Maragall anunció ayer que si los socialistas alcanzan el gobierno de la Generalitat en las próximas elecciones, orientarán la fiscalidad hacia la implantación de impuestos o tasas ecológicas. También dio a conocer que su programa de gobierno incluirá la propuesta de crear la figura del Síndico Ambiental, una institución encargada de mediar entre la sociedad y los poderes públicos en la política de medio ambiente.

La experiencia enseña que en principio todos los ciudadanos están a favor de que se reciclen los residuos urbanos e industriales, pero a la hora de la verdad nadie quie...

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Pasqual Maragall anunció ayer que si los socialistas alcanzan el gobierno de la Generalitat en las próximas elecciones, orientarán la fiscalidad hacia la implantación de impuestos o tasas ecológicas. También dio a conocer que su programa de gobierno incluirá la propuesta de crear la figura del Síndico Ambiental, una institución encargada de mediar entre la sociedad y los poderes públicos en la política de medio ambiente.

La experiencia enseña que en principio todos los ciudadanos están a favor de que se reciclen los residuos urbanos e industriales, pero a la hora de la verdad nadie quiere que la planta recicladora esté en su municipio. Es el fenómeno conocido como 'no en mi casa' o 'no en mi patio trasero'. Los socialistas lo saben y saben también que si algún día llegan al gobierno de la Generalitat, como esperan llegar dentro de un año, y aplican una política ecológica potente van a tropezar con este fenómeno. Por esta razón intentan adelantarse y por eso Maragall ha incluido la creación del Síndico Ambiental en la exposición de sus compromisos de gobierno en materia de medio ambiente, que ayer presentó públicamente en el teatro Josep Maria de Sagarra de Santa Coloma de Gramenet.

Y una política potente exige, claro está, mucho dinero. Maragall anunció su decisión de doblar en una legislatura el presupuesto del Departamento de Medio Ambiente, que actualmente es una de las cenicientas del Gobierno catalán. Eso significaría pasar de los 144 millones de euros del presupuesto de 2002 a casi 300 millones en cuatro años.

Los criterios que se seguirían en la aplicación de estos nuevos impuestos estarían en línea con la normativa de la Unión Europea: gravar prioritariamente actividades como la deposición de residuos en los vertederos y la emisión a la atmósfera de CO2, el gas causante del efecto invernadero que calienta la Tierra y produce el cambio climático. Maragall se compromete a que esta política tenga un efecto neutro en el total de la presión fiscal. Para conseguirlo, se propone compensar la introducción de estos impuestos con la reducción de otros, particularmente los que gravan el factor trabajo.

Maragall criticó que los gobiernos de Jordi Pujol no hayan otorgado prioridad práctica a la política de medio ambiente, más allá de la elaboración de normas y de las proclamaciones retóricas. Fruto de la falta de voluntad política en este ámbito es, dijo, la creciente destrucción del paisaje. 'Un país que no respeta su paisaje no se respeta a sí mismo', dijo citando a Raimon Obiols.

El programa ecológico de Maragall incluye también, entre otros, estos compromisos:

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- Política hidráulica. Afrontar los problemas hidráulicos mediante el Pacto Catalán del Agua, para resolver el abastecimiento al área metropolitana de Barcelona, la recuperación ecológica de los ríos y la descontaminación de los acuíferos. Todo ello manteniendo el rechazo al trasvase del Ebro.

- Energía. Aplicación de un plan para el ahorro, la eficiencia energética y el fomento de las energías renovables con el objetivo de conseguir para el año 2010 que entre el 12% y el 15% de la energía consumida sea de origen renovable.

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