'Castillejo debe pedir disculpas públicamente y después marcharse'

José Antonio Ruiz Almenara, secretario provincial de los socialistas cordobeses, defiende que Miguel Castillejo, presidente de Cajasur, debe renunciar a su cargo antes de que la Iglesia le destituya. A su juicio, la póliza de 2,9 millones de euros que ha firmado la caja para la jubilación de Castillejo le ha hecho perder su autoridad moral y la confianza de los ciudadanos. Ruiz Almenara cree que sería mejor que un político presidiese Cajasur, porque así se garantizaría la democracia, pero no opondría obstáculos a que se nombrase a otro representante del cabildo catedralicio, 'siempre que deje ...

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José Antonio Ruiz Almenara, secretario provincial de los socialistas cordobeses, defiende que Miguel Castillejo, presidente de Cajasur, debe renunciar a su cargo antes de que la Iglesia le destituya. A su juicio, la póliza de 2,9 millones de euros que ha firmado la caja para la jubilación de Castillejo le ha hecho perder su autoridad moral y la confianza de los ciudadanos. Ruiz Almenara cree que sería mejor que un político presidiese Cajasur, porque así se garantizaría la democracia, pero no opondría obstáculos a que se nombrase a otro representante del cabildo catedralicio, 'siempre que deje hablar a los consejeros en las asambleas y actúe con transparencia'.

Pregunta. ¿Qué opinión le merece la polémica desatada por el seguro del presidente de Cajasur?

'Si la Iglesia no toma ninguna medida, está asumiendo como suyo este comportamiento'
'Sus logros, méritos y aportaciones no están, ni mucho menos, en ser demócrata'

Respuesta. Ha sido una sorpresa, pero una sorpresa que podía preverse por el modo en que está organizada Cajasur y por la forma unipersonal en que actúa el presidente. Castillejo no atiende las relaciones con otras instituciones; al menos con la Diputación, una de los dos partes constituyentes de la caja, nunca ha tenido relación alguna. También actúa al margen del consejo de administración y de la asamblea general. Distintos representantes del consejo y la asamblea manifiestan que existe un gran ocultismo. Y se dan casos como éste de la póliza, en el que los consejeros desconocían todos sus términos.

La misma situación se da, por ejemplo, respecto a la Obra Social y Cultural, que otorga subvenciones sin criterio conocido. Tampoco se sabe exactamente quiénes son los beneficiarios, ni se presenta una relación, ni se abren convocatorias. Las aportaciones se hacen de forma personal. Y actuando de una forma antidemocrática y unipersonal, podía suceder cualquier cosa que fuese en su beneficio particular, como en este caso: aprovecharse de casi 500 millones de pesetas en una perspectiva personal y familiar, fondos que se detraen de la obra social, que pertenecen a la sociedad.

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P. ¿Tienen claro si la póliza es legal o ilegal?

R. Ahora mismo es prematuro hablar de ilegalidad.

P. ¿Y desde el punto de vista moral?

R. Ha quedado demostrado que la presidencia de un sacerdote no está garantizando la moralidad y la ética del funcionamiento de la caja. Y si a eso se une que no se preocupa de la parte democrática y social, entonces no hay prácticamente ninguna garantía. Un político, al menos, va a garantizar la democracia y la transparencia. Pero en un sacerdote de 73 años que ya tiene hecha su forma de ser y de actuar, y que viene del consejo de administración de la época predemocrática, es más difícil. Sus logros, aportaciones y méritos no están ni mucho menos en ser demócrata. Se creía que uno de los buenos criterios que podía aportar era el de dar un concepto más amplio a la ética y la moral. Pero después de que Castillejo haya aprehendido casi 500 millones de pesetas que corresponden a la sociedad para su beneficio y el de su familia, ya ha perdido cualquiera de los buenos criterios que le hacían presidir la caja, y también la confianza de los cordobeses.

P. ¿Cree que la Iglesia debería intervenir?

R. Por supuesto. La Iglesia está obligada a intervenir, porque debe responder de la actitud y la moralidad de las personas que pertenecen a la institución. Si transcurre el tiempo y no se toma ninguna medida, la propia Iglesia está asumiendo este comportamiento como suyo; si interviene de inmediato, se trata entonces de un comportamiento individual, particular. Queda constancia de que la jerarquía de la Iglesia no lo asimila como propio. Yo pienso que no lo está asumiendo, pero el tiempo lo dirá.

P. ¿En qué sentido debe intervenir la Iglesia?

R. La primera actuación es ver la posibilidad de retirar a Castillejo de la presidencia de Cajasur. Esa es la intervención que le daría más dignidad. Creo que ha de ser el propio Castillejo el que se vaya antes de que la Iglesia tome una determinación. Pienso que primero tendría que disculparse públicamente y dejar de incluir en ese ámbito a otras personas; si él ha cometido un error o un pecado, según se mire en términos civiles o religiosos, que no haga copartícipe a nadie, que asuma su error. Debe pedir disculpas públicamente y después marcharse.

P. ¿Cómo podría intervenir la Iglesia?

R. Él puede renunciar. La Iglesia tiene una serie de derechos y esos deben quedar intactos, y también los derechos políticos de los grupos políticos y de las instituciones; habría que pactar. El PSOE no tiene ambiciones de presidir Cajasur. Lo que sí queremos es que se actúe de forma ética y democrática, y hay muchas personas que pueden asumir ese tipo de responsabilidades, no necesariamente tienen que pertenecer al PSOE.

P. ¿Podría ser presidente otro miembro del cabildo catedralicio?

R. Perfectamente. Siempre que mantenga una actitud democrática, que deje hablar a los consejeros en las asambleas y que actúe con transparencia, a nosotros no da igual. Lo que nos interesa es que Cajasur vaya por un buen sendero, de apoyo al desarrollo social cultural y económico de Córdoba.

P. ¿Qué iniciativas va a tomar el Partido Socialista?

R. Estamos obligados a actuar, porque esta situación puede perjudicar los inatereses de Cajasur y de la provincia de Córdoba, por los que tenemos que velar. Nosotros nunca iremos en contra de Cajasur, ni de sus trabajadores, ni de la Iglesia. Sólo estamos en contra de la actuación de Miguel Castillejo; ni tan siquiera contra Miguel Castillejo, sólo contra los hechos concretos. Pedimos es que se remedie esta situación, pero si no se atiende esta petición, el PSOE no debe quedarse parado. Esto no es una amenaza, sino expresión de un compromiso y una responsabilidad que tenemos con la ciudadanía cordobesa.

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