Un hombre mata a su mujer, enferma terminal, 'para no verla sufrir'

Un hombre, de 83 años, mató ayer a su mujer, de 86 y enferma de Alzheimer, asfixiándola. Tras el crimen confesó a la policía que lo hizo porque 'no podía seguir viéndola sufrir'. El crimen se descubrió a las once de la mañana cuando los vecinos del paseo de Valldaura, en Barcelona, vieron a Vicente L. B. salir del número 129 gritando: 'La he matado, la he matado'. Llamaron a la Guardia Urbana y el anciano se entregó y contó su versión de los hechos. Fuentes de la investigación consideran que no miente. En el cuerpo de la víctima no se han encontrado indicios de malos tratos.

La policía ...

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Un hombre, de 83 años, mató ayer a su mujer, de 86 y enferma de Alzheimer, asfixiándola. Tras el crimen confesó a la policía que lo hizo porque 'no podía seguir viéndola sufrir'. El crimen se descubrió a las once de la mañana cuando los vecinos del paseo de Valldaura, en Barcelona, vieron a Vicente L. B. salir del número 129 gritando: 'La he matado, la he matado'. Llamaron a la Guardia Urbana y el anciano se entregó y contó su versión de los hechos. Fuentes de la investigación consideran que no miente. En el cuerpo de la víctima no se han encontrado indicios de malos tratos.

La policía encontró el cuerpo de Manuela B.C., en la cama. El informe forense determinará si la muerte se produjo por asfixia o por estrangulamiento, aunque Vicente aseguró que la ahogó para ahorrarle un sufrimiento diario.

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El hombre, que anoche permanecía detenido en comisaría, explicó a los agentes que su mujer no podía valerse por sí misma desde hacía tiempo. La enfermedad se lo impedía. 'Se lo hacía todo encima, estaba en fase terminal y yo sufría mucho viéndola así', argumentó, y añadió que sólo se arrepentía de no haberse suicidado justo después de lo ocurrido.

La nuera del parricida afirmó ayer que la mujer muerta padecía la enfermedad de Alzheimer y demencia senil 'en un estado muy avanzado' y explicó que requería atención permanente.

La familia aseguró también que tenía el propósito de ingresarla en una residencia en unas pocas semanas, pero que el marido se oponía aunque 'tampoco veía otra solución'.

Muy amables

La muerte de Manuela causó gran conmoción entre los vecinos del matrimonio, quienes coincidieron en que la pareja se llevaba muy bien y no les habían visto discutir nunca. 'Eran muy amables con todo el mundo', dijeron. Los vecinos señalaron que estaban al corriente de la enfermedad de la mujer.

Fuentes de la investigación afirmaron que la versión del detenido parece ser cierta, a juzgar por sus declaraciones espontáneas ante la policía y por la ausencia de indicios de malos tratos en el domicilio del matrimonio. La nuera del hombre señaló también que la intención de su suegro era acabar con el sufrimiento de su esposa y que no hay 'otra explicación' para los hechos.