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Incentivos salariales

La sociedad actual, enmarcada en un mercado muy competitivo, demanda formas de retribución que atiendan a variables como la productividad, competitividad y rentabilidad, desechando los viejos sistemas de retribucIón fija, y buscando mecanismos que incentiven la participación del trabajador en los objetivos y finalidades de la empresa. De ahí que hoy la estructura salarial más frecuente sea la que incorpora una cantidad fija (un mínimo garantizado) y una variable relacionada con el rendimiento del trabajador o con su participación en los resultados de la empresa.

Los incentivos más tradi...

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La sociedad actual, enmarcada en un mercado muy competitivo, demanda formas de retribución que atiendan a variables como la productividad, competitividad y rentabilidad, desechando los viejos sistemas de retribucIón fija, y buscando mecanismos que incentiven la participación del trabajador en los objetivos y finalidades de la empresa. De ahí que hoy la estructura salarial más frecuente sea la que incorpora una cantidad fija (un mínimo garantizado) y una variable relacionada con el rendimiento del trabajador o con su participación en los resultados de la empresa.

Los incentivos más tradicionales son las comisiones, consistentes en un porcentaje sobre ventas u operaciones celebradas. Van ligados a actividades relacionadas con la venta o promoción de bienes o servicios. Pero junto a las comisiones hay una pluralidad de partidas salariales de muy distintas naturaleza (bonus, incentivos, productividad...) caracterizadas fundamentalmente por su condición variable y por ir vinculadas a una mejora en la productividad, el rendimiento o los beneficios de la empresa.

Estos conceptos retributivos buscan la motivación personal y el estímulo a esfuerzos superiores al desempeño rutinario de la actividad; la integración del individuo en el engranaje de la empresa a la que pasa a considerar como algo 'propio', o la colaboración colectiva en el logro de unos objetivos.

Suele distinguirse entre los que premian el mayor rendimiento, valorando la consecución de unos objetivos; los que retribuyen el incremento de la productividad global de la empresa; los que implican una participación en los beneficios, o los que se valoran según el aumento de rentabilidad de la empresa, entre los que figuran las polémicas stock options.

Son muy valorados los sistemas de remuneración por rendimiento, aunque para lograr una total efectividad es recomendable un estudio previo que valore la relación esfuerzo-resultado, y fije un rendimiento 'justo' para cada puesto.

Pueden fijarse en atención a criterios individuales o colectivos, según se tome como referencia el trabajador en concreto o un determinado grupo, departamento o empresa.

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