Un técnico nada anónimo

'Bueno, como decía Florentino Soria, en el cine los técnicos son anónimos'. Contesta con buen humor el valenciano Francisco Canet cuando se le pregunta si siente que su trabajo es reconocido por el público en general. Bueno, puede que no, pero entre los especialistas, desde luego, no es nada anónimo. Fue uno de los productores de Uninci que posibilitó la realización de películas fundamentales de la historia del cine español, como ¡Bienvenido mister Marshall!, de Luis García Berlanga, o Viridiana, de Luis Buñuel. Fue, también, uno de los directores artísticos y decoradores más imp...

'Bueno, como decía Florentino Soria, en el cine los técnicos son anónimos'. Contesta con buen humor el valenciano Francisco Canet cuando se le pregunta si siente que su trabajo es reconocido por el público en general. Bueno, puede que no, pero entre los especialistas, desde luego, no es nada anónimo. Fue uno de los productores de Uninci que posibilitó la realización de películas fundamentales de la historia del cine español, como ¡Bienvenido mister Marshall!, de Luis García Berlanga, o Viridiana, de Luis Buñuel. Fue, también, uno de los directores artísticos y decoradores más importantes que participó en '140 películas durante 35 años de trayectoria en el cine', comenta Canet, a sus 92 años, al tiempo que muestra su satisfacción por 'los decorados bien hechos'.

'Aunaba en sus trabajos una gran calidad y rigor', indicó Julio Pérez Perucha, presidente de la Asociación Española de Historiadores del Cine (AEHC), organizadora de la mesa redonda que ayer se celebró en la Filmoteca de la Generalitat que sirvió también como homenaje al diseñador artístico y como colofón a la medalla que le entregó la misma institución. Perucha, Juan Miguel Company y Salvador Vila repasaron las aportaciones de un hombre de cine que en los años cincuenta formó parte del grupo de profesionales que proponían la realización de películas rupturistas.

'¿Que con qué película me quedaría? No sé, he participado en muchas: la muy accidentada Viridiana... Afortunadamente he tenido mucha suerte', confiesa sin aparente nostalgia este valenciano que estudió en la Escuela de Artes y Oficios de Valencia. 'Yo estaba preparado artísticamente, pero en 1930 poco se podía hacer en escultura. Me ofrecieron ser ayudante y colaborar en el cine y así empecé', recuerda este profesional del cine, que insiste en el anonimato de los técnicos. Ayer, él fue el centro de atención en la concurrida sala de la Filmoteca.