Levantando el vuelo

Comienza la reintroducción de águilas imperiales en la comarca gaditana de La Janda

A comienzos del siglo XX, el águila imperial era una de las rapaces que nidificaban en la comarca gaditana de La Janda, al igual que ocurría en otros muchos parajes de la región. La densidad de individuos que entonces se registraba en esta zona era posiblemente similar a la que hoy se anota en el Parque Nacional de Doñana, uno de los últimos refugios de esta especie. En poco más de cien años, el águila imperial, exclusiva de la península Ibérica, fue desapareciendo de esta y otras comarcas, hasta convertirse en la rapaz más amenazada del continente europeo y en una de las cuatro aves de presa ...

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A comienzos del siglo XX, el águila imperial era una de las rapaces que nidificaban en la comarca gaditana de La Janda, al igual que ocurría en otros muchos parajes de la región. La densidad de individuos que entonces se registraba en esta zona era posiblemente similar a la que hoy se anota en el Parque Nacional de Doñana, uno de los últimos refugios de esta especie. En poco más de cien años, el águila imperial, exclusiva de la península Ibérica, fue desapareciendo de esta y otras comarcas, hasta convertirse en la rapaz más amenazada del continente europeo y en una de las cuatro aves de presa más escasas del planeta.

En la actualidad sobreviven alrededor de 150 parejas, de las que casi un tercio (42) se localizan en Andalucía. A juicio de los especialistas, las perspectivas de futuro no son muy buenas. Las diferentes poblaciones se encuentran aisladas entre si, lo que está originando graves problemas de endogamia y pérdida de variabilidad genética. Las enfermedades que afectan al conejo han provocado una brusca disminución del alimento disponible, y los cebos envenenados siguen causando estragos. A estas amenazas hay que sumar la contaminación de origen agrícola y el choque con tendidos eléctricos.

Al margen de otras estrategias, investigadores de la Estación Biológica de Doñana (EBD) y técnicos de la Consejería de Medio Ambiente vienen considerando, desde algunos años, la posibilidad de recolonizar algunas áreas no ocupadas por la especie pero que presentan características ecológicas adecuadas, ya que, incluso, albergaron en su día a esta rapaz. Este tipo de actuaciones, ciertamente complejas, se han desarrollado con éxito en otros países, donde han logrado reintroducirse diversas aves de presa como el halcón peregrino, el quebrantahuesos, el buitre negro o el águila pescadora.

Debido al peculiar comportamiento de esta especie, que acostumbra a reproducirse en la misma zona en donde nació, se está produciendo una saturación de las zonas más favorables, por lo que, con frecuencia, los ejemplares más jóvenes, al no existir conexión entre las diferentes poblaciones, se ven obligados a instalarse en hábitats marginales, poco adecuados para su supervivencia.

En estas circunstancias, defienden los especialistas, es mucho más sensato retirar algunos pollos de zonas en donde su viabilidad no esté asegurada y trasladarlos a enclaves propicios. Y ésta es, justamente, la experiencia que acaba de ponerse en marcha en La Janda.

A finales de la pasada primavera, técnicos de la Consejería de Medio Ambiente retiraron cuatro pollos de águila imperial (dos machos y dos hembras) de nidos situados en la Sierra Morena jiennense. Con ellos se ha aplicado la técnica conocida como hacking o cría seminatural, trasladándolos a nidos artificiales, situados en una finca privada de La Janda, donde han crecido bajo la discreta vigilancia de los biólogos, que los han alimentado sin que los animales advirtieran la presencia de los humanos.

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Por fin, en la segunda quincena del pasado julio, las jóvenes águilas abandonaron el nido y comenzaron sus vuelos de tanteo, sin manifestar ningún comportamiento anómalo. El procedimiento, que nunca antes se había ensayado con esta especie, resultó un éxito. Unos ligeros transmisores, que permiten el enlace por radio y vía satélite, facilitan el seguimiento permanente de los animales que, al haber crecido en este lugar, volverán al mismo a la hora de reproducirse. De esta manera, los especialistas confían en crear una nueva población en esta comarca gaditana.

De acuerdo con los estudios realizados por los científicos de la EBD, a este programa de reintroducción, y en tanto no se consigan pollos nacidos en cautividad, se pueden destinar todos los años, sin causar impacto alguno, entre tres y cinco ejemplares extraídos de algunas de las poblaciones naturales que existen en Andalucía.

Aunque los beneficios de este procedimiento no podrán evaluarse, de forma rigurosa, antes de que transcurra una década, la experiencia podría trasladarse a otras zonas que ya han sido identificadas como favorables para la especie, y que se localizan en algunas sierras onubenses, gaditanas y malagueñas, además de Sierra Nevada.

Comentarios y sugerencias a propósito de Crónica en verde pueden remitirse al e-mail: sandoval@arrakis.es

Reparos ecologistas

A propósito de esta iniciativa, los representantes andaluces de Ecologistas en Acción han remitido una carta a la consejera de Medio Ambiente, Fuensanta Coves, en la que manifiestan algunos reparos que, a su juicio, pueden hipotecar el éxito de un proyecto que 'se ha recibido con esperanza'. Lo primero que inquieta a este colectivo es la urgencia, y el sigilo, con los que se ha llevado a cabo esta intervención, algo que ha impedido 'el consenso de todos los agentes sociales implicados en la conservación de la especie'. La elección de Las Lomas, una finca privada, para desarrollar el proyecto, tampoco es una decisión vista con buenos ojos, ya que, a juicio de los ecologistas, 'el historial de esta finca no es precisamente ejemplar en lo referente al uso y manejo del territorio de forma compatible con la conservación de los valores naturales'. Incluso, al no haber contado con otros propietarios de la zona, 'podría generarse un clima social poco favorable', cuando de lo que se trata es de 'involucrar, de forma activa, a la totalidad de los propietarios de fincas adyacentes'. Desde Ecologistas en Acción se reclama la urgente solución de aquellos problemas que originaron la desaparición del águila imperial en este y otros territorios andaluces, combatiendo la caza furtiva, eliminando los cebos envenenados y corrigiendo aquellas líneas eléctricas de mayor impacto. Si no se actúa sobre estos elementos, razonan, de nada servirán las reintroducciones. Asimismo, el plan de recuperación de la especie debería aprobarse, tal y como establece la ley, con rango de decreto, y también sería imprescindible aplicar alguna figura de protección a los enclaves en donde se está llevando a cabo la experiencia. Por último, se solicita la difusión de los compromisos presupuestarios que la Junta ha asumido a propósito de estas actuaciones, de manera que se garantice su continuidad en el tiempo.

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