Bush advertirá en la ONU de que está dispuesto a atacar Irak en solitario

El presidente de EE UU discute con Blair la estrategia de la guerra contra Sadam

El presidente de Estados Unidos, George Bush, y el primer ministro británico, Tony Blair, prepararon anoche en Camp David la estrategia para la previsible guerra contra Irak, cuyo primer acto se representará el jueves, cuando Bush plantee en su discurso ante la ONU un ultimátum contra Sadam Husein para que permita una inspección eficaz de sus armamentos. El presidente norteamericano advertirá de que está dispuesto a ir en solitario, con el único apoyo de Blair, a una segunda edición del conflicto del Golfo si no logra convencer a los miembros del Consejo de Seguridad.

Uno de los pasos i...

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El presidente de Estados Unidos, George Bush, y el primer ministro británico, Tony Blair, prepararon anoche en Camp David la estrategia para la previsible guerra contra Irak, cuyo primer acto se representará el jueves, cuando Bush plantee en su discurso ante la ONU un ultimátum contra Sadam Husein para que permita una inspección eficaz de sus armamentos. El presidente norteamericano advertirá de que está dispuesto a ir en solitario, con el único apoyo de Blair, a una segunda edición del conflicto del Golfo si no logra convencer a los miembros del Consejo de Seguridad.

Uno de los pasos intermedios que barajan norteamericano y británicos es dotar de protección militar a los inspectores de la ONU para garantizarles una misión eficaz de control del armamento iraquí. Pero el propósito final de la Administración de Bush es crear el escenario de un enfrentamiento que desemboque en el uso de la fuerza.

El problema que debían afrontar los dos dirigentes reunidos anoche en la residencia presidencial norteamericana era la resistencia generalizada a la guerra de la comunidad internacional. Tres países con derecho de veto en el Consejo de Seguridad (Rusia, China y Francia) ratificaron a Bush su posición de que los problemas con Sadam Husein, acusado de desarrollar programas de armas de destrucción masiva, deben solventarse sin recurrir a la fuerza. La ministra de Exteriores española, Ana Palacio, declaró ayer que aún queda margen para la presión diplomática al régimen de Bagdad.

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