ANTOLOGÍA DE BABEL | POESÍA

Una noche, con calma

En la sabiduría del romano era un hábito

posiblemente triste, pero natural y acompañado.

Hay que pensar sin temor en la muerte (un lugar

de reposo y olvido) y habituarse a la sangre,

antiguo color de la pasión y el gozo, que ahora

será osado camino hacia la paz. El agua está templada

y entras. Oyes música suave. Hay un amigo o dos,

y alguien que supo rasgar las venas con un escalpelo

anestesiado. ¿Qué de malo? Luz tenue, violas

de la distancia, flores vagamente melancólicas...

No, ninguna despedida es alegre, pero todos nos ...

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En la sabiduría del romano era un hábito

posiblemente triste, pero natural y acompañado.

Hay que pensar sin temor en la muerte (un lugar

de reposo y olvido) y habituarse a la sangre,

antiguo color de la pasión y el gozo, que ahora

será osado camino hacia la paz. El agua está templada

y entras. Oyes música suave. Hay un amigo o dos,

y alguien que supo rasgar las venas con un escalpelo

anestesiado. ¿Qué de malo? Luz tenue, violas

de la distancia, flores vagamente melancólicas...

No, ninguna despedida es alegre, pero todos nos despedimos.

¿Por qué no escoger el momento, la compañía, la hora,

y desatadas las venas -al viejo modo romano-

dejarse blandamente ir, brumoso, fiel, tranquilo?

Luis Antonio de Villena es autor del libro de poemas Las herejías privadas (Tusquets).

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