Reportaje:CULTURA Y ESPECTÁCULOS

ANTHONY CRAGG OBTIENE EL PREMIO PIEPENBROCK

El artista británico recibió ayer en Berlín uno de los galardones más prestigiosos en el ámbito de la escultura europea.

El británico Anthony Cragg recibió ayer en Berlín el Premio Piepenbrock, la distinción europea más importante para el conjunto de una obra escultórica. El premio, dotado con 50.000 euros, fue otorgado por el presidente alemán, Johannes Rau, en el museo de arte contemporáneo Hamburger Bahnhof, en Berlín.

En 2000, este premio se concedió al recientemente desaparecido Eduardo Chillida, que figuraba entre los miembros del jurado de este año, aunque no pudo participar en sus deliberaciones. En conversación telefónica, Cragg calificó a Chillida como uno de los escultores más importantes del s...

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El británico Anthony Cragg recibió ayer en Berlín el Premio Piepenbrock, la distinción europea más importante para el conjunto de una obra escultórica. El premio, dotado con 50.000 euros, fue otorgado por el presidente alemán, Johannes Rau, en el museo de arte contemporáneo Hamburger Bahnhof, en Berlín.

En 2000, este premio se concedió al recientemente desaparecido Eduardo Chillida, que figuraba entre los miembros del jurado de este año, aunque no pudo participar en sus deliberaciones. En conversación telefónica, Cragg calificó a Chillida como uno de los escultores más importantes del siglo XX, capaz de 'transformar el espíritu humano en formas visuales'.

Cragg, de 53 años, tal como explicó Christoph Brockhaus, director del museo Wilhelm Lehmbruck en Duisburg, defiende la modernidad frente a las embestidas de las tendencias posmodernas. Cragg busca lo nuevo en la materia y la técnica más que en la forma o en el estilo. El artista 'ha creado una especie de alfabeto de la escultura, análogo al lenguaje, para darle a la obra artística, además de una forma, un sentido', subrayó en una rueda de prensa Brockhaus, portavoz del jurado. Este alfabeto crece a través del diálogo con cada materia que descubre. Cragg ha trabajado con madera, piedra, metal, vidrio, goma, cerámica, escayola o plástico.

Cragg rechaza así el anything goes, la arbitrariedad del estilo que defienden muchos artistas de los últimos 30 años calificados de posmodernos, y se opone también a los distintos experimentos con las posibilidades multimediáticas.

Cragg trabaja y vive desde 1977 en Wuppertal, en el oeste de Alemania. Miembro de la Royal Academy de Londres, durante 20 años fue profesor de la Academia de Bellas Artes de Düsseldorf, antes de asumir su actual cátedra en la Universidad de Arte de Berlín.

Sus objetos -'mezcla entre lo natural y lo artificial', según el artista- nacen en un taller de 1.200 metros cuadrados con la ayuda de un grupo de colaboradores. Algunas de sus creaciones son orgánicas y de formas curvas, como las Columnas danzantes (2000). Otras muestran la obsesión del escultor por coleccionar materiales, como Stack (1981), un bloque formado por libros, tapices, cajas y tablas. La obra más reciente de Cragg está inspirada en la mutación de las superficies que acostumbramos ver.

El Piepenbrock se otorga cada dos años y fue donado por el empresario Hartmut Piepenbrock. El segundo premio (12.500 euros), a artistas prometedores, fue para el alemán Thomas Rentmeister.

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