Moyà confirma esperanzas

Carlos Moyà es un tenista nuevo. Recuperado. En la línea del que explotó en 1998 cuando ganó en Roland Garros y fue precisamente semifinalista en el Open de Estados Unidos. Hace sólo unos días lo demostró al ganar el torneo de Cincinnati nada menos que ante el número uno mundial, el australiano Lleyton Hewitt. Ahí se terminó de quitar muchos fantasmas y comprobó que podía ganar a cualquiera. Incluso remontando situaciones difíciles, que hasta hace poco tiempo no era capaz de asimilar. Ayer, el cabeza de serie número nueve del torneo, pero quinto jugador de la lista mundial ahora, lo confirmó....

Carlos Moyà es un tenista nuevo. Recuperado. En la línea del que explotó en 1998 cuando ganó en Roland Garros y fue precisamente semifinalista en el Open de Estados Unidos. Hace sólo unos días lo demostró al ganar el torneo de Cincinnati nada menos que ante el número uno mundial, el australiano Lleyton Hewitt. Ahí se terminó de quitar muchos fantasmas y comprobó que podía ganar a cualquiera. Incluso remontando situaciones difíciles, que hasta hace poco tiempo no era capaz de asimilar. Ayer, el cabeza de serie número nueve del torneo, pero quinto jugador de la lista mundial ahora, lo confirmó.

El rumano Voinea, un tenista obrero, número 53º del mundo, que no es brillante, pero sí capaz de dar un susto a cualquiera que se descuide, le ganó el primer set por 6-3 y el panorama barruntaba un desastre. Pero Moyà remontó de forma brillante, con golpes a ángulos imparables, y un servicio muy sólido. Se impuso en las dos mangas siguientes, por 6-4 y 6-3, y aunque el rumano le presionó, tuvo la sangre fría suficiente para resolver el partido en el desempate de la cuarta, 7-6 (7-4). Incluso aprovechó su primera bola de partido.

Moyà falló menos que Voinea (31 puntos frente a 39) y, sobre todo, le superó con los golpes ganadores (40-29). Todo un síntoma de seguridad en sus fuerzas, de que no tiene miedo de llevar la iniciativa, como los grandes. Su camino no debe peligrar en la segunda ronda, donde se enfrentará al mediano estadounidense Jan-Michael Gambill (44º del mundo), al que ha ganado ya las tres veces que han jugado. Gambill tendrá la ventaja de que ayer apenas se despeinó ante la retirada del austriaco Jualian Knowle en el segundo set. Fue parecido al abandono del australiano Mark Philippoussis ante el holandés Sjeng Schalken. El cansancio también pasó factura al alemán Nicolas Kiefer, que forzó al ruso Marat Safin a un desempate dramático en el quinto set.

También sudó lo suyo Tommy Robredo para ganar al correoso argentino Mariano Zabaleta, pero ganó, al menos, como Cristina Torrens, la única mujer superviviente de la escabechina esperada del tenis femenino español. El lunes la encabezó Arantxa Sánchez, en su cuesta abajo, mientras Feliciano López, en cambio, la revelación de Wimbledon, se tomaba la revancha de su verdugo allí, el brasileño Andre Sa. Quienes no se cansaron fueron los dos estadounidenses favoritos la noche del lunes. Andre Agassi despachó en tres 6-3 a su desconocido compatriota Robby Ginepri, y Serena Williams, en un 6-2, 6-3 emotivo, a la reciente nacionalizada Corina Morariu, ex rumana, que jugaba su primer partido tras una leucemia.

Resultados. Hombres: Primera ronda: F. López-A. Sa (Bra.): 7-5, 7-6 (7-1) y 6-3. T. Robredo-M Zabaleta (Arg.): 6-2, 6-7 (3-7), 7-5 (4-6). Mujeres: Primera ronda: M. Bartoli (Fra.)-A. Sánchez: 6-3 y 6-1. K. Clijsters (Bél.)-C. Martínez Granados: 6-1 y 6-0. M. Washington (EE UU)-G. León: 6-4 y 6-3. A. Frazier (EE UU)-V. Ruano: 6-3 y 6-3. C. Torrens-A. Roesch (Ale.): 7-6 (7-1) y 6-3.