Reportaje:CINE

BEN AFFLECK ASEGURA QUE HA VENCIDO CON ÉXITO A SUS DEMONIOS

El actor, que ayer cumplió 30 años, acaba de salir de una clínica de desintoxicación. Dice que lleva casi un año sin probar el alcohol. Ahora estrena en España 'Pánico nuclear', en la que interpreta al agente de la CIA Jack Ryan.

Últimamente, Ben Affleck se siente muy orgulloso. Lleva casi un año sin probar el alcohol tras superar su adicción en un centro de desintoxicación de California. En la suite de un hotel de Los Ángeles, donde promociona su nuevo thriller de espionaje, Pánico nuclear, el actor, de 30 años, afirma rotundamente: 'Sí, me he enfrentado a mis demonios. He dejado de beber. He tomado la decisión consciente de hacer que mi vida cambie para mejor. Y de eso se trata. No es para tanto, de verdad'.

En agosto del pasado año, su amigo Charlie Sheen, que también venció su adicción a...

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Últimamente, Ben Affleck se siente muy orgulloso. Lleva casi un año sin probar el alcohol tras superar su adicción en un centro de desintoxicación de California. En la suite de un hotel de Los Ángeles, donde promociona su nuevo thriller de espionaje, Pánico nuclear, el actor, de 30 años, afirma rotundamente: 'Sí, me he enfrentado a mis demonios. He dejado de beber. He tomado la decisión consciente de hacer que mi vida cambie para mejor. Y de eso se trata. No es para tanto, de verdad'.

En agosto del pasado año, su amigo Charlie Sheen, que también venció su adicción a las drogas, llevó a Ben al centro de rehabilitación Promises, en el que Affleck ingresó. El atractivo actor, que estaba en la cumbre de su carrera tras éxitos como Armageddon y Shakespeare enamorado, reconocía que su vida de soltero juerguista se le estaba yendo de las manos y necesitaba ayuda.

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Recibió el apoyo de Matt Damon, actor y amigo de infancia con quien escribió el guión de El indomable Will Hunting, que fue galardonado con un oscar. En aquellos momentos Damon declaró: 'Ben está solucionando una serie de problemas. Los superará, cuenta con el apoyo de todos'.

Con su 1,89 metros de altura dignos de una estatua y sus anchos hombros, el actor resulta increíblemente guapo. Se muestra encantador e ingenioso. Lleva ropa informal -un par de pantalones de pana gris y una camisa arrugada- y agarra su primera taza de café humeante del día. Está de acuerdo en reconocer que su estancia en el centro de rehabilitación, al que cariñosamente denomina 'campamento Snoopy', probablemente le haya salvado la vida. 'Creo que ha ampliado mi perspectiva de la vida', comenta.

'Cuando cumples los 30, tu vida cambia, lo quieras o no. De pronto, te das cuenta de que tus amigos se casan y forman su propia familia. No sé. Me daba la sensación de que la vida avanzaba para todos los demás, pero yo estaba atrapado en una rutina, seguía como si acabara de cumplir los 20. Tenía que salir de aquello de algún modo'.

Promises, que está situado frente al océano Pacífico en el pintoresco enclave turístico de la playa de Malibú, puede alojar a un máximo de 15 residentes y una estancia de un mes cuesta la nada módica suma de 31.000 dólares. La clínica ha ayudado a muchos famosos de Hollywood como, por ejemplo, Matthew Perry, uno de los protagonistas de Friends (que combatió su adicción a los calmantes), Christian Slater y Robert Downey Jr.

Con un caché de 12 millones de dólares por película (suma que, al parecer, recibió por su último trabajo, Daredevil, obra inspirada en un cómic), sólo era cuestión de tiempo que Ben sucumbiera a las trampas que conlleva el éxito económico. Este actor nacido en Massachussets y conocido entre sus colegas por su modestia, comenta: 'Crecí en un suburbio de clase trabajadora con mi madre y mi hermano pequeño . Nunca tuvimos mucho dinero, pero era feliz. No puedo mentir y decir que el dinero no supone una gran diferencia, porque sí lo es. Ya no tienes que luchar tanto. Pero valoro lo que tengo y no tiro el dinero. Jamás olvidaré mis raíces'.

Admite que se sentía seducido por el estilo de vida de las estrellas. Hace un par de años confesó: 'De repente, me puede apetecer coger la moto e irme de viaje a algún sitio o emborracharme y hacer algo estúpido'. En los mentideros de Hollywood se dice que además de su insaciable apetito por el alcohol, el juego y el tabaco, la gota que colmó el vaso fueron los decepcionantes ingresos y las críticas recibidas por Pearl Harbour, que se estrenó el verano pasado a bombo y platillo. Se suponía que esta película, que tenía un presupuesto desorbitado, iba a convertir a Affleck en un destacado protagonista de películas de acción, pero lo único que logró es dejarlo exhausto.

'Eso no es cierto. No presto ninguna atención a las críticas. Lo que importa es la visión de conjunto. Mi felicidad no depende de si una película obtiene o no un buen resultado en taquilla'.

Es cierto que en la familia de Affleck existen precedentes de alcoholismo. Su padre, Tim, que fue bedel de la Universidad de Harvard, tuvo problemas con la botella, pero los superó y actualmente es asesor sobre consumo de drogas. Según sus amigos, en su casa de estilo español situada en las colinas de Hollywood, el actor tenía incluso un barril de cerveza Guinness. Él y el australiano Heath Ledger competían para ver quién era capaz de engullir la cerveza más rápidamente.

Affleck celebró ayer su 30º cumpleaños . 'Habrá una fiesta en alguna parte', dice con una sonrisa, mientras asegura que espera impaciente que aparezca el 'amor' en su vida. 'Claro que deseo enamorarme, pero tiene que ser de la mujer adecuada. No quiero cometer el error de casarme con alguien por motivos equivocados. Creo que sabes por adelantado cuándo has cometido un error en una relación, pero te dices que no debes preocuparte. Se debe a que no quieres afrontarlo. Después llega un día es que estás listo para admitir que hay un problema y quieres resolverlo. Y ahí es cuando las cosas pueden ponerse desagradables. Creo que todas esas cosas que dices al final de una relación realmente las sabes desde el principio, pero las niegas'.

Profundamente romántico, cree en los cuentos con final feliz. Afirma rotundo: 'En realidad, creo firmemente en eso de 'y vivieron felices y comieron perdices'. Es la más noble de las empresas humanas. De verdad. Es el desafío diario de intentar compartir tu vida con otra persona'.

Salió durante 18 meses con Gwyneth Paltrow y más brevemente con Pamela Anderson. Mantuvo un corto romance con la actriz holandesa Famke Janssen. Se dice que tuvo una aventura con Sandra Bullock y, poco después, tuvo una relación con Soshanna Lonstein, conocida por ser la ex novia del cómico Jerry Seinfeld. Más recientemente, estuvo unido sentimentalmente a Chelsea Clinton y a la actriz Jennifer López, coprotagonista de su nueva película, Gigli. Se rumorea que López se divorcia de su marido por Affleck. Él niega rotundamente estos rumores.

El éxito de taquilla de su última película de acción, Pánico nuclear, basada en la novela de Tom Clancy, supone un gran logro para él. Affleck encarna a un analista de la CIA, Jack Ryan, que se hizo famoso al ser interpretado por Harrison Ford y Alec Baldwin en dos películas anteriores, Juego de patriotas y La caza del Octubre Rojo.

Esta película, llena de efectos especiales y que se rodó antes de los ataques del 11 de septiembre, cuenta una inquietante historia sobre lo que podría ocurrir si los terroristas lograsen hacer explotar un arma de destrucción masiva en suelo estadounidense. Morgan Freeman es el otro protagonista en el papel del director de la CIA, William Cabot. 'Todos los actores tienen la fantasía de ser espías. Guarda relación con el hecho de vivir muchas vidas distintas en una sola existencia y con la necesidad de asumir esa función y convertir las mentiras en realidad'.

© J. J. Hamill / Agencia Milton.

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