Un viaje a la Edad Media
Poder viajar en el tiempo es algo con lo que el hombre ha soñado desde siempre. El cine y la literatura están plagados de historias acerca de máquinas que permiten regresar al pasado y vivir épocas que ya nunca volverán. Ese tipo de aparatos aún no se han inventado, pero quienes deseen perderse por los encantos y misterios de la Edad Media tienen ahora una oportunidad; Cortegana, un pueblo de la sierra de Huelva con 5.000 habitantes, celebra desde anoche sus VII Jornadas Medievales, que durante cuatro días consecutivos envolverán al pueblo y a sus visitantes en un ambiente tan mágico como irre...
Poder viajar en el tiempo es algo con lo que el hombre ha soñado desde siempre. El cine y la literatura están plagados de historias acerca de máquinas que permiten regresar al pasado y vivir épocas que ya nunca volverán. Ese tipo de aparatos aún no se han inventado, pero quienes deseen perderse por los encantos y misterios de la Edad Media tienen ahora una oportunidad; Cortegana, un pueblo de la sierra de Huelva con 5.000 habitantes, celebra desde anoche sus VII Jornadas Medievales, que durante cuatro días consecutivos envolverán al pueblo y a sus visitantes en un ambiente tan mágico como irreal.
Pitonisas y lavanderas; brujos y caballeros; princesas, dragones y mercaderes. Todos ellos dispersos por plazas y callejuelas y formando parte de este salto en el tiempo en el que escenarios reales como el Castillo de Sancho IV El Bravo y la Iglesia del Salvador se mezclan con la ficción para difuminar los límites de lo real. 'Queríamos ofrecer algo más que las típicas jornadas culturales de verano, así que pensamos en esto para aprovechar los mejores recursos de la provincia, que son el turismo y el jamón', dijo ayer el alcalde de Cortegana, José Domingo Rodríguez.
Por ello, la gastronomía y los productos artesanos se han erigido en los auténticos protagonistas de las jornadas, que cuentan con un presupuesto de 120.000 euros y para las que se esperan al menos 40.000 visitantes. Más de 200 mercaderes procedentes de toda España han dispuesto sus tenderetes por las distintas plazas y calles que llevan al castillo, uno de los mejores conservados de la provincia. Metales repujados, cesterías, cazuelas y hornos, vino, miel, instrumentos musicales, flores secas, objetos de piedra, especias, perfumes, licores...y magia, mucha magia. Magia de brujería y faranduleros, de fiesta y bullicio, de músicos, cómicos y leyendas que esperan agazapados en cada rincón, en cada esquina.
Las jornadas, que comenzaron anoche con una partida de ajedrez viviente que ya se jugó en el siglo X, cuentan este año con una novedad: el primer Foro de Historia Medieval, organizado por el Ayuntamiento de Cortegana y la Universidad Nacional de Educación a Distancia. Además, países como Israel, Siria, Marruecos, Portugal e Italia colaboran desde la pasada edición para fomentar lo que llaman 'encuentro de las tres culturas: cristiana, judía y musulmana'.
Dos teatros medievalistas y numerosos profesionales de ambientación ayudarán al visitante a adentrarse en el medievo. Envueltos por el ambiente e iluminados por casi 400 antorchas, los asistentes podrán cenar en el patio del Castillo, asistir a una boda de la época, ver la quema de una bruja por la Inquisición o perderse en las historias de lealtad, héroes y traiciones que se tejen en los torneos de caballeros para impresionar a las damas. Trompetas, corceles y escuderos no faltarán a la cita.
Los festejos concluirán el domingo a la media noche con El Dragón, un espectáculo de leyenda y pirotecnia que mostrará, una vez más, las luces y sombras de una de las épocas más apasionantes de la historia.