Crónica:CULTURA Y ESPECTÁCULOS

La Galicia rural se entrega a la música folk

Fiesta y naturaleza en los veteranos encuentros de Zas y Pardiñas

Dos diminutos núcleos de población en el interior de Galicia, Pardiñas (Lugo) y Zas (A Coruña), concentran este fin de semana el interés de la parroquia del folk en todo el noroeste peninsular. Los dos pueblecitos apenas suman unos cientos de habitantes, pero aspiran a congregar a más de 25.000 aficionados con un menú que aúna la buena música en directo y el contacto con la naturaleza en estado (casi) puro. Se trata de la Festa da Carballeira de Zas, que cumple ya su edición número 19, y la Festa e Feira da Música e da Arte, en el término municipal de Guitiriz. Con sus 23 entregas inint...

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Dos diminutos núcleos de población en el interior de Galicia, Pardiñas (Lugo) y Zas (A Coruña), concentran este fin de semana el interés de la parroquia del folk en todo el noroeste peninsular. Los dos pueblecitos apenas suman unos cientos de habitantes, pero aspiran a congregar a más de 25.000 aficionados con un menú que aúna la buena música en directo y el contacto con la naturaleza en estado (casi) puro. Se trata de la Festa da Carballeira de Zas, que cumple ya su edición número 19, y la Festa e Feira da Música e da Arte, en el término municipal de Guitiriz. Con sus 23 entregas ininterrumpidas, esta última cita es, por encima incluso de Ortigueira, la más longeva de cuantas acontecen en el siempre animado mapa folclórico veraniego.

Zas, una cita que se desarrolla en el corazón de un inmenso robledal, contó con el trikilitari bilbaíno Kepa Junkera como principal baza. Junkera anda aún con Maren debajo del brazo, una obra titulada como su primogénita y que aspira el próximo 18 de septiembre, en Los Ángeles, al Grammy Latino como Mejor Álbum de Folk. Ahora, con un segundo retoño nacido hace tres semanas justas, habrá que esperar un homenaje discográfico tan adecuado como el de su hermana mayor. Junto al siempre trepidante artista vasco, el cartel también ofreció el folk-rock desenfadado de los escoceses Wolfstone, que hace poco publicaron una muestra de sus directos con el disco Not enough shouting.

En cuanto a Pardiñas, el evento se desarrolla entre el sábado y el domingo en una praderita al pie de un balneario de aguas sulfurosas. La banda probablemente más en forma del panorama tradicional gallego, Berrogüetto, desbroza las excelencias de su tercera y aún reciente entrega, Hepta. Curiosamente, este septeto pontevedrés competirá con Kepa para ese ansiado Grammy Latino, un galardón que en las ediciones anteriores se les ha escapado, por dos veces consecutivas, al gallego Carlos Núñez y al asturiano José Ángel Hevia.

Otras formaciones aún noveles, pero prometedoras, completan la propuesta de este veterano festival. Es el caso de Rodopis, un quinteto de jóvenes instrumentistas búlgaros afincados en Madrid, que debutó el año pasado con un álbum homónimo. En parecida situación se encuentran Briganthya, afincados en San Sebastián pero con mucha querencia por la tradición musical celta. La semana pasada, este animado octeto obtuvo el tercer premio en el concurso de formaciones noveles que se celebra en el municipio asturiano de Navelgas.

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