Crítica:CRÍTICAS

Química entre actores

No resulta fácil penetrar en esta comedia, la primera de sus directores, Semprún y Blanco, ambos con experiencia en televisión y teatro. A pesar de que los papeles de promoción digan que es 'una versión hispánica de El guateque, de Blake Edwards, la trama tarda un tiempo considerable en enganchar el interés del respetable. Las razones: una, lo disparatado del arranque, nada menos que las increíbles aventuras de un cadáver que, mayormente, no se está muy quieto. Dos, la opacidad con que se presentan las intenciones de los personajes principales, dos hermanos de casa distinguida que sólo ...

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No resulta fácil penetrar en esta comedia, la primera de sus directores, Semprún y Blanco, ambos con experiencia en televisión y teatro. A pesar de que los papeles de promoción digan que es 'una versión hispánica de El guateque, de Blake Edwards, la trama tarda un tiempo considerable en enganchar el interés del respetable. Las razones: una, lo disparatado del arranque, nada menos que las increíbles aventuras de un cadáver que, mayormente, no se está muy quieto. Dos, la opacidad con que se presentan las intenciones de los personajes principales, dos hermanos de casa distinguida que sólo comparten el apellido.

De ahí que la película provoque más perplejidad que carcajadas. Y, aunque jamás abandona los modos de la comedia de enredos, con entradas y salidas por el foro, líos de identidad y chistes de calibre grueso, lo cierto es que termina suscitando una curiosidad no exenta de simpatía. Y las razones hay que buscarlas en la buena química que establecen los principales protagonistas.

PEOR IMPOSIBLE

Directores: José Semprún y David Blanco.Intérpretes: Víctor Clavijo, Guillermo Toledo, Pere Ponce, Elsa Pataky, Eduardo Antuña. Género: comedia, España, 2001. Duración: 100 minutos.

Desde hace tiempo conocíamos la capacidad de Guillermo Toledo para meterse en la piel de personajes de todo tipo (El otro lado de la cama), y también de antiguo se conocían las potencialidades de Víctor Clavijo (Las razones de mis amigos). Ambos están espléndidos, pero lo de Clavijo bordea la perfección: de su físico discreto y su rostro delicado, el actor obtiene unas prestaciones inteligentes y versátiles, hasta el punto de hacer de su desvalido personaje el centro de la trama.

La película no pasará a los anales, pero en todo caso, superadas las dificultades iniciales, se deja ver con agrado. Semprún y Blanco logran pasar por encima de las debilidades de un guión que hubiera necesitado más trabajo, y sobre todo en el tercio final y la desopilante fiesta 'sorpresa', con gánsteres incluidos, dejan constancia de que desde ahora habrá que seguirlos con atención.

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