Reportaje:

Entre la apertura y el misterio

El proyecto de la agencia alemana Ter busca 'descubrir de nuevo lo importante' de Cristina Enea

La primera vez que el equipo de la agencia alemana Ter se adentró en el parque donostiarra de Cristina Enea se quedó 'sorprendido' por 'las enormes cualidades' de este gran pulmón verde (94.600 metros cuadrados) abrazado por el río Urumea, el barrio de Egia y la futura urbanización de Riberas de Loiola. El parque fue diseñado en la segunda mitad del siglo XIX por el paisajista Pierre Ducasse para el Duque de Mandas, quien lo legó al Ayuntamiento en 1926. 'Está situado en una colina en el corazón de la ciudad'. Sus praderas y denso arbolado le imprimen 'un aspecto tranquilo y misterioso', en el...

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La primera vez que el equipo de la agencia alemana Ter se adentró en el parque donostiarra de Cristina Enea se quedó 'sorprendido' por 'las enormes cualidades' de este gran pulmón verde (94.600 metros cuadrados) abrazado por el río Urumea, el barrio de Egia y la futura urbanización de Riberas de Loiola. El parque fue diseñado en la segunda mitad del siglo XIX por el paisajista Pierre Ducasse para el Duque de Mandas, quien lo legó al Ayuntamiento en 1926. 'Está situado en una colina en el corazón de la ciudad'. Sus praderas y denso arbolado le imprimen 'un aspecto tranquilo y misterioso', en el que destaca 'el juego entre sol y sombra', destaca Henri Bava, el responsable de la empresa de pasiajistas elegida por un jurado internacional para remodelar Cristina Enea.

Pero los proyectistas de Ter también se toparon con un parque cuyos caminos, drenaje y edificios se encuentran en mal estado y 'tienen que ser renovados bajo un concepto común'.

Así que el equipo encabezado por Bava ideó un proyecto de rehabilitación cuya filosofía pasa por 'abrir a la ciudad y sus habitantes un parque antiguamente privado, sin que pierda su ambiente misterioso', es decir, su 'corazón arbolado'.

En un equilibrio entre la conservación del misterio y la apertura a la ciudad, el diseño de la Agencia Ter incide pues en la modificación de los dos principales bordes del parque de Cristina Enea: oeste y este, creando 'un campo de fuerza entre ellos', que incluye un calvero en la cumbre de la colina y dos terrazas de piedra natural con vistas hacia la lejanía, explica Bava.

De esta forma, la explanada verde que discurre por la parte oeste de Cristina Enea será visible desde la calle Mundaiz, con la que quedará conectada a través de una acera y unos escalones, ya que el actual muro desaparecerá en favor de una verja. Por el interior del parque, la explanada estará flanqueada por un paseo para peatones y bicicletas, que partirá de la entrada principal y desembocará en el nuevo barrio de Riberas de Loiola.

La intervención en la zona este tiene sus dos máximos exponentes en el área del barrio de Egia, lugar para el que Ter ha planeado un mirador y lo que ha bautizado como la Playa del arte, una playa de guijarros en la orilla de las aguas del Urumea. 'La idea es crear estructuras u objetos artísticos flotantes', que se iluminarían de noche y estarían al albur de la marea, expone el responsable de la agencia alemana, quien resalta que 'el contraste entre lo natural y lo artificial resaltará la playa' y la hará perfectamente visible desde Riberas de Loiola.

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Entre la ladera oeste y la este, la entrada principal del gran jardín ideado por Ducasse, será objeto de una importante remodelación, guiada por el objetivo de lograr que Cristina Enea 'pertenezca plenamente a la ciudad'. La Agencia Ter ha diseñado una gran plaza que comunicará el pabellón de acogida del parque con el recibidor del futuro Centro Internacional de Cultura Contemporánea, que abrirá sus puertas en el actual edificio de Tabacalera, rodeado ahora de una verja que desaparecerá.

El lugar está pensado para acoger un punto de información y un café-restaurante.

Bava no está del todo de acuerdo con el calificativo de 'conservador' que ha recibido su proyecto. 'Intentamos conservar la emoción, la fuerte identidad del lugar, pero no el estado del parque. Pretendemos descubrir de nuevo lo existente, lo que importa del parque, y añadir elementos necesarios para su uso público', indica el responsable de Ter, quien opina que 'no sería correcto hacer una intervención extrema'.

La Agencia Ter y el consistorio donostiarra tendrán que elaborar un calendario de ejecución del proyecto -no se han concretado todavía fechas-, cuyo coste rondará los seis millones de euros. Tendrán que estudiar también la conveniencia de incorporar o no alguna idea plasmada en los diseños de los otros cuatro equipos de paisajistas que quedaron finalistas en el concurso internacional organizado por el Ayuntamiento para cambiar la imagen de Cristina Enea. 'Habrá que analizar si es favorable para el parque y la ciudad', apunta Henri Bava.

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