Un distrito sin suelo y pocos equipamientos
Uno de los principales problemas que aquejan al distrito de Retiro es la falta de equipamientos y de suelo. 'Es que no existen solares y por eso hay que utilizar la imaginación', según la concejal María Dolores Navarro, del PP. Pero la imaginación municipal choca con la realidad vecinal, de ahí los enfrentamientos entre los habitantes de la zona sur, es decir, Adelfas y Pacífico, con el Consistorio.
Los datos indican que este distrito sólo cuenta con tres establecimientos sanitarios para más de 100.000 personas. Sólo hay una biblioteca pública y la oferta de escuelas infantiles públicas...
Uno de los principales problemas que aquejan al distrito de Retiro es la falta de equipamientos y de suelo. 'Es que no existen solares y por eso hay que utilizar la imaginación', según la concejal María Dolores Navarro, del PP. Pero la imaginación municipal choca con la realidad vecinal, de ahí los enfrentamientos entre los habitantes de la zona sur, es decir, Adelfas y Pacífico, con el Consistorio.
Los datos indican que este distrito sólo cuenta con tres establecimientos sanitarios para más de 100.000 personas. Sólo hay una biblioteca pública y la oferta de escuelas infantiles públicas es escasa: 11,78 plazas por cada 100 niños menores de seis años. Además, carece de centros de enseñanza pública de música y de idiomas.
Con estas cifras como referente, los vecinos de la Asociación Puerta de Retiro se reunieron ayer con la candidata del PSOE a la alcaldía, Trinidad Jiménez, para denunciar 'los desmanes' del Ayuntamiento, informa Efe. 'Cuando compramos nuestras casas nos dijeron que en dos parcelas adyacentes al puente de Méndez Álvaro iban a poner un centro de salud y una guardería, pero esto no ha sido así', denunció un residente.
Pero éste no es el único malestar vecinal en Retiro. Al recurso contencioso administrativo que ha presentado la Asociación Puerta de Retiro en contra de la venta de suelo municipal a la EMT para construir oficinas, se suma también otro pleito que se dirime ahora en los tribunales y que, de momento, ha dado la razón a los vecinos. Se trata de la oposición frontal de unas 50 familias a la construcción de un centro para actividades sociales y culturales en una parcela que se halla en medio de dos bloques de viviendas y que los residentes rechazan porque le restará luz a sus casas.
El Tribunal Superior ha ordenado que se paralicen las obras hasta que no se establezca quién tiene la razón. La decisión judicial podría tardar años.