Mundial 2002 | España vuelve a caer en los cuartos de final

'Ladrones, nos robaron'

Los soldados de Kosovo sufren por culpa del árbitro y de una selección 'muy defensiva'

'Ladrones, nos robaron el partido'... Con unas imprecaciones que no dejaban la menor duda sobre la profesión de la madre del árbitro y cagamentos diversos recibieron los soldados españoles en Kosovo la derrota ante Corea del Sur.

En un páramo, cerca de Istok, 80 kilómetros al noroeste de la capital, Pristina, se encuentra la base de las tropas españolas que forman parte de la brigada multinacional de la Fuerza de Paz para Kosovo (Kfor). Allí ha surgido de la nada un pueblo español de unos mil habitantes, casi todos militares y algunos guardias civiles, que ayer sufrieron con la s...

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'Ladrones, nos robaron el partido'... Con unas imprecaciones que no dejaban la menor duda sobre la profesión de la madre del árbitro y cagamentos diversos recibieron los soldados españoles en Kosovo la derrota ante Corea del Sur.

En un páramo, cerca de Istok, 80 kilómetros al noroeste de la capital, Pristina, se encuentra la base de las tropas españolas que forman parte de la brigada multinacional de la Fuerza de Paz para Kosovo (Kfor). Allí ha surgido de la nada un pueblo español de unos mil habitantes, casi todos militares y algunos guardias civiles, que ayer sufrieron con la selección.

En el bar de oficiales de los médicos predominaban los andaluces, que se las prometían muy felicies con el bético Joaquín, aunque no faltaban las pullas de los seguidores del Sevilla: 'Ése ya es del Madrid'.

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El partido se seguía con las imágenes de la Radio Televisión de Kosovo y los comentarios de la Cadena SER. 'Ese chino parece El Guerrero del Antifaz', decía un militar ante la cara protegida con una máscara de un defensa surcoreano. Un comentario en la radio del ex árbitro Ramos Marco dando por bueno un fuera de juego de España escandalizaba: 'Ese capullo va con ellos'. No merecían más crédito los contrincantes: 'No saben jugar. ¿Cómo han llegado hasta aquí'. Una falta a la barrera: 'Esos chinos son muy bajos. ¿Cómo la pudo lanzar para pegarles en los huevos?'. El comandante encargado de la prensa, Roberto Alonso, madridista confeso, se lamentaba de la presencia de Baraja y echaba de menos a Xavi.

En la cantina de la tropa se contaba con una pantalla gigante y las imágenes de la RAI italiana. Mucha representación asturiana. Así, la salida de Luis Enrique se recibía con aplausos. Y los fallos de Mendieta irritaban: 'No desborda ni a una farola. ¿Qué le vio Camacho?'.

Patricia, una cabo de Oviedo que trabaja en la cocina y es conocida como El Gatín por sus paradas en el equipo femenino de futbol sala, intentaba animar a Casillas en los penaltis. Pero...

Para los soldados de servicio, que no podían seguir las televisiones, otro comandante de prensa, Narciso Michavila, puso en marcha un dispositivo para radiar el encuentro a través de la emisora de los italianos en Pec. Nada menos que dos locutores y dos comentaristas: un comandante, un capitán, un sargento y el cabo primero Ángel Quintero, un melillense de 24 años del regimiento de Regulares 52, pichichi en el torneo de fútbol sala que ganaron los españoles ante otros once equipos. Quintero relataba el partido por lo que veía en el televisor: 'Con los españoles no me confundo, pero con los coreanos... Hay seis Lee por lo menos'. Y recordaba: 'El primer día me puse un poco nervioso al principio, pero luego..., como Manolo Lama', el comentarista de la SER. Al final, concluyó: 'Aparte del robo, la selección me pareció muy defensiva'.

El calor del mediodía aplastaba la base de Istok. Los soldados españoles circulaban bajo el sol con el aire entristecido de la derrota. En el comedor de la tropa, un cuadro de don Pelayo con cara de mala leche parecía indicar que el primer rey de Asturias también digería mal la eliminación ante Corea.

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