La UE llega a la cumbre de Sevilla sin pactar los temas más conflictivos
España no logra apoyos para castigar a los países foco de emigración
La última reunión de ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea antes de la cumbre comunitaria de Sevilla del viernes y sábado próximos, celebrada ayer en Luxemburgo, no permitió adoptar posiciones de consenso en los tres grandes asuntos de la agenda de la presidencia española: las sanciones contra los países que no controlan la inmigración clandestina -una propuesta impulsada personalmente por José María Aznar, el presidente del Gobierno español, y Tony Blair, el primer ministro británico-, las ayudas agrarias a los futuros miembros de la UE y las reformas de las instituciones comuni...
La última reunión de ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea antes de la cumbre comunitaria de Sevilla del viernes y sábado próximos, celebrada ayer en Luxemburgo, no permitió adoptar posiciones de consenso en los tres grandes asuntos de la agenda de la presidencia española: las sanciones contra los países que no controlan la inmigración clandestina -una propuesta impulsada personalmente por José María Aznar, el presidente del Gobierno español, y Tony Blair, el primer ministro británico-, las ayudas agrarias a los futuros miembros de la UE y las reformas de las instituciones comunitarias.
En el capítulo de la inmigración, Francia y Suecia, además de Luxemburgo, creen que la presidencia española va demasiado lejos al querer castigar a los países pobres que no colaboren para frenar la inmigración clandestina. En cuanto a las ayudas agrarias, los ministros llegaron a un acuerdo de mínimos, admitiendo que las ayudas agrícolas directas forman parte del acervo comunitario, aunque Alemania y Holanda se negaron a fijar una fecha para el cierre de ese capítulo, del que deberán beneficiarse los 10 países que en principio deben entrar en 2004.
En cuanto a la reforma de las instituciones, todos parecen estar de acuerdo en lo sustancial, pero hay fuertes resistencias a que el Consejo tome decisiones por mayoría cualificada y a crear un nuevo Consejo de Asuntos Generales que prepare exclusivamente la agenda de las cumbres.