La Audiencia condena al etarra Urrusolo a 82 años por asesinar a un militar

La Sección Cuarta de la Audiencia Nacional condenó ayer al etarra José Luis Urrusolo Sistiaga, Langile, uno de los más sanguinarios y escurridicos de la banda terrorista, a penas que suman 82 años y tres meses de prisión por su participación en un atentado, ocurrido el 8 de enero de 1992 en Barcelona, que costó la vida al comandante Arturo Anguera Vallés, de 50 años, y causó graves heridas al teniente Luis Javier Bellota Aznar y al soldado conductor Jaime Amposta Maseu.

La sentencia declara probado que Urrusolo, en compañía de Fernando Díaz Torre, ya condenado por estos hechos en...

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La Sección Cuarta de la Audiencia Nacional condenó ayer al etarra José Luis Urrusolo Sistiaga, Langile, uno de los más sanguinarios y escurridicos de la banda terrorista, a penas que suman 82 años y tres meses de prisión por su participación en un atentado, ocurrido el 8 de enero de 1992 en Barcelona, que costó la vida al comandante Arturo Anguera Vallés, de 50 años, y causó graves heridas al teniente Luis Javier Bellota Aznar y al soldado conductor Jaime Amposta Maseu.

La sentencia declara probado que Urrusolo, en compañía de Fernando Díaz Torre, ya condenado por estos hechos en 1995, robaron un coche al que cambiaron las placas de matrícula por otras falsas. Con el vehículo se dirigieron a la calle de Vila y Vila, en Barcelona, donde esperaron el paso de un vehículo militar contra el que ambos terroristas dispararon hasta en 26 ocasiones. Como consecuencia de los impactos resultó muerto el comandante Anguera y gravemente heridos el teniente Bellota y el soldado Amposta.

La sala considera que los hechos constituyen un delito de atentado con resultado de muerte, dos asesinatos en grado de frustración, utilización ilegítima de vehículo a motor ajeno y falsificación de matrículas. Las penas suman 82 años y tres meses.

La sentencia considera que la declaración del compañero de comando de Urrusolo, Fernando Díaz Torre, ante la policía reconociendo los hechos, unida a otras pruebas -como las huellas de Urrusolo encontradas en las placas de matrícula falsas que los terroristas cambiaron-, dejan sin efecto la presunción de inocencia y constituyen elementos suficientes para condenar al dirigente etarra.

Urrusolo, de 44 años, fue entregado por Francia en 2001 tras cumplir una condena de seis años por asociación de malhechores con fines terroristas. En España le espera un largo rosario de juicios pendientes por su intervención en numerosas acciones terroristas durante su etapa al frente de varios comandos de ETA. No obstante, Urrusolo ya llevaba acumuladas condenas por más de 113 años de prisión, por lo que esta nueva pena le sale gratis.

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