La EMT aún tiene que adaptar el 40% de su flota a los discapacitados

Casi 500 autobuses carecen de rampa inclinada

El colectivo Transportes Sin Barreras (TSB) ha realizado un estudio que muestra que sólo el 59% de los autobuses de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) está adaptado para discapacitados. El resto no está preparado aún para acoger a personas en sillas de ruedas o con movilidad reducida. Sin embargo, el gerente de la EMT, Tomás Burgaleta, asegura que la cifra de vehículos adaptados es algo mayor, y que alcanza el 63% de los 1.900 autobuses que componen la flota.

El estudio de TSB se ha hecho sobre una muestra de 1.168 vehículos, 732 menos de los que circulan por Madrid. De aquéllos,...

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El colectivo Transportes Sin Barreras (TSB) ha realizado un estudio que muestra que sólo el 59% de los autobuses de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) está adaptado para discapacitados. El resto no está preparado aún para acoger a personas en sillas de ruedas o con movilidad reducida. Sin embargo, el gerente de la EMT, Tomás Burgaleta, asegura que la cifra de vehículos adaptados es algo mayor, y que alcanza el 63% de los 1.900 autobuses que componen la flota.

El estudio de TSB se ha hecho sobre una muestra de 1.168 vehículos, 732 menos de los que circulan por Madrid. De aquéllos, 699 tienen plataforma para que suban las sillas de ruedas y 469 carecen de ella. Hay líneas, más de 20 según estos datos, en las que no hay ni siquiera un autobús adaptado.

Para hacer el estudio, cuatro personas con movilidad reducida,tres de ellas en silla de ruedas, recorrieron la capital a bordo de los autobuses durante 60 días, y detectaron otras deficiencias. Los vehículos de la EMT, afirman desde TSB, carecen de anclajes para las sillas de ruedas. Sí tienen cinturones, pero son 'claramente insuficientes para personas gravemente afectadas'.

Estos cuatro miembros de la organización comprobaron que algunos conductores se negaban a sacar las rampas para permitirles subir, alegando que venía otro autobús detrás. 'En algunas líneas', dice en el informe Eugenio Ramos Llinás, ingeniero técnico de Obras Públicas y uno de los autores del estudio, 'los conductores desconocen el funcionamiento y manejo de las rampas y el control del sistema hidráulico de suspensión, lo que nos ha colocado en situaciones grotescas al no poder acceder o descender del autobús dentro de unos tiempos lógicos de espera por parte del resto de los viajeros'.

Tomás Burgaleta asegura que en unos tres años todos los autobuses estarán adaptados.

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