PANTALLA INTERNACIONAL

El buen año del cine francés no evita la inquietud ante el futuro

El cine francés cerró el ejercicio de 2001 de manera eufórica, con un 41% del mercado nacional en manos de la producción autóctona, más de diez títulos por encima de los dos millones de entradas vendidas, 204 filmes producidos por un total de 905 millones de euros. Las cifras de 2002 no parecen indicar inflexión alguna: a finales de mayo, la cuota de mercado acumulada del cine francés es de un 50%, frente al 46% del americano. Sobre el papel todo va bien, pero otros factores explican la inquietud creciente entre los profesionales.

El modelo francés tiene uno de sus pilares en la televis...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El cine francés cerró el ejercicio de 2001 de manera eufórica, con un 41% del mercado nacional en manos de la producción autóctona, más de diez títulos por encima de los dos millones de entradas vendidas, 204 filmes producidos por un total de 905 millones de euros. Las cifras de 2002 no parecen indicar inflexión alguna: a finales de mayo, la cuota de mercado acumulada del cine francés es de un 50%, frente al 46% del americano. Sobre el papel todo va bien, pero otros factores explican la inquietud creciente entre los profesionales.

El modelo francés tiene uno de sus pilares en la televisión. Los distintos canales están obligados, por ley, a invertir parte de su cifra de negocios en producción cinematográfica. En 2001, el montante supuso el 35,7% de los antes referidos 905 millones. Canal+ tuvo que aportar el 20% del global de dinero que maneja cada año, los canales en abierto hicieron lo mismo pero su compromiso se limita al 3,2%. Las reglas de juego no han cambiado, pero sí el contexto: la crisis cristalizada tras los atentados del 11-S ha hecho que los ingresos publicitarios televisivos caigan en picado y, por consiguiente, se haya reducido el total de euros disponible para el cine.

Esa pérdida de capital coincide con un año de producción récord y una mayor demanda de reembolso por parte de los productores al Centro Nacional de Cinematografía. Coincide también con la crisis de Canal+ en Francia, arrastrado por la pérdida de valor de la acción Vivendi Universal, el grupo propietario de Canal+. El nuevo ministro de Cultura, Jacques Aillagon, ya ha levantado la voz al otear las amenazas que planean sobre el cine francés: 'Si Vivendi Universal pasa a ser controlado por capital extranjero y Canal+ deja de ser una sociedad francesa, las consecuencias son incalculables, la diversidad cultural puede estar en peligro'. Aillagon anuncia que recurrirá a la ley para evitar que todo eso suceda y productores como Hubert Balsan dicen que 'la fusión entre Vivendi y Universal ha pervertido las relaciones que Canal+ mantenía con el cine'.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En