El escritor del exilio Vicente Soto evoca la infancia en 'Mambrú no volverá'

Vicente Soto se marchó al exilio en 1954 'harto' de que no le dejaran 'hacer nada'. Nacido en Valencia en 1919, combatió en el bando republicano, antes de dar el salto a Londres, donde, a pesar del paso del tiempo, no perdió sus vínculos de amistad con Antonio Buero Vallejo y su relación con su ciudad natal. En la capital inglesa trabajó en varios oficios hasta instalarse como traductor y profesor de español. En todo momento mantuvo viva su temprnaa vocación literaria que le llevó a obtener el prestigioso Premio Nadal en 1966 por La zancada. Ayer, a sus 82 años, presentó en Valencia su ...

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Vicente Soto se marchó al exilio en 1954 'harto' de que no le dejaran 'hacer nada'. Nacido en Valencia en 1919, combatió en el bando republicano, antes de dar el salto a Londres, donde, a pesar del paso del tiempo, no perdió sus vínculos de amistad con Antonio Buero Vallejo y su relación con su ciudad natal. En la capital inglesa trabajó en varios oficios hasta instalarse como traductor y profesor de español. En todo momento mantuvo viva su temprnaa vocación literaria que le llevó a obtener el prestigioso Premio Nadal en 1966 por La zancada. Ayer, a sus 82 años, presentó en Valencia su última novela, Mambrú no volverá, publicada por Alianza, tras recibir el Premi Lluís Guarner de manos de la subsecretaria de la Consejería de Culturea, Carmina Nácher, por su trayectoria narrativa y tras recibir el premio de la crítica valenciana.

'Hay una especie de fuerza animal que me obliga a venir año tras año a Valencia', comentó el escritor. Su residencia en Londres, no obstante, ha contribuido a que su presencia en el ámbito literario valenciano no sea constante y que sus libros apenas sean conocidos por un espector de lectores amplio. 'Tengo más prestigio que fama', anota Soto con un hablar tranquilo.

'¿Que de qué va el libro? Pues de la vida', comenta el autor, después de agradecer las palabras del escritor y profesor Eduardo Alonso, gran conocedor y estudioso de la obra de Soto, en las que destacaba el interés del escritor valenciano por los tipos humildes, por 'los pordioseros, por los pelagatos'. 'Por los topotón', agrega Alonso. 'El topotón es el que va y viene, sin ir a ninguna parte, eso es lo que es un topotón', explica Soto.

Mambrú no volverá, sin embargo, es un libro que narra sobre todo el tránsito de la niñez a la adolescencia a partir de la memoria de una imagen congelada del pasado, de la infancia que el escritor vivió en su ciudad natal. La novela está contada en forma de monólogo interior salpicado de numerosos diálogos.

Su literatura se inscribe en cierto sentido en la línea trazada por auores valencianos como Azorín, Gabriel Miró, Francisco Brines o César Simón, según apuntó Alonso. La acción de su último libro transcurre en una pueblo de la valenciana castellana y agraria, un lugar cercano al término de Utiel, por ejemplo. El niño protagonista muestra su relación con la naturaleza y con los cambios que él mismo está experimentando. Soto se consideró un 'perdedor de la Guerra Civil y de la posguerra' y recomendó como lectura a maestros como William Faulkner o Juan Rulfo.

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