Columna

Discrepancias

En todas partes cuecen habas. Cuando parecía que el Partido Popular de Andalucía estaba más en calma que las aguas del mar de los Zargazos, estalla Córdoba, se recalienta Huelva, se abren fisuras en Granada y en Cádiz, si no fuera por el 'puño de hierro' de la 'dama del insulto' ya habría sus más y sus menos. Ya no es sólo el PSOE de Andalucía el que anda a la gresca en Málaga.

Lo que sorprende de la movida cordobesa, con Juan Ojeda de supremo muñidor, es que la presidenta del PP andaluz, Teófila Martínez haya calificado de 'discrepancias' la grave crisis, con ruptura incluida y ...

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En todas partes cuecen habas. Cuando parecía que el Partido Popular de Andalucía estaba más en calma que las aguas del mar de los Zargazos, estalla Córdoba, se recalienta Huelva, se abren fisuras en Granada y en Cádiz, si no fuera por el 'puño de hierro' de la 'dama del insulto' ya habría sus más y sus menos. Ya no es sólo el PSOE de Andalucía el que anda a la gresca en Málaga.

Lo que sorprende de la movida cordobesa, con Juan Ojeda de supremo muñidor, es que la presidenta del PP andaluz, Teófila Martínez haya calificado de 'discrepancias' la grave crisis, con ruptura incluida y graves acusaciones por parte de Bellido, el cesado, y los críticos de Ojeda. Y en medio, Antonio Sanz, lidiando en una arena en la que Teófila ha estado pisando huevos, tal cual Javier Arenas, que con sus largos años en la cocina del PP, tiene la probada experiencia de remover las aguas pestilentes de las cloacas de los partidos, sin tan siquiera taparse la nariz. Arenas es un artista en esto de presentar las tormentas como un maravilloso e idílico atardecer, en su partido.

No le va a la zaga Teófila Martínez. Con una larga cambiada se quitó el toro, sin fajarse, diciendo que sólo había unas discrepancias y eso se solucionaba en el seno del partido. Cuando escribo estas líneas, había más de veinticinco agrupaciones del PP cordobés con la renuncia en el bolillo. Que Dios mantenga por muchos años a Teófila en el limbo de los inocentes.

Si esto sucede en el PSOE de Málaga, por ejemplo, se forma la de dios es cristo. Y no hay que descartarlo. Los dos candidatos a ganar las primarias, Francisco Oliva y Marisa Bustinduy, han trasladado al partido las mismas discrepancias, diferencias y modos de entender la política que tienen. Bustinduy responde al nuevo estilo que recorre la espina dorsal del partido que quiere impulsar Zapatero, mientras que Oliva, curtido en mil y una batalla, no se baja del burro por considerar que él puede ganar la alcaldía de Málaga y arrancársela a los populares. Peleas y disputas aparte (Teófila diría discrepancias), lo único que interesa, como diría un veterano socialista, es ganar a la derecha. Pues eso.

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