Reportaje:

'Biceberg', el invento japonés de Aragón

Vitoria estrenará un garaje de 'bicis' subterráneo en verano, mientras se proyectan más en Vizcaya y Pamplona

Hace unas semanas, las agencias de información propagaron por medio mundo la noticia de un novedoso invento japonés: un aparcamiento subterráneo para bicicletas, especialmente útil en un país con una densidad de población tan alta. El invento es bueno, pero no proviene de Japón, sino de Aragón. Y tampoco es tan novedoso. La empresa Sistemas Medioambientales posee la patente desde 1994, aunque no la pudo desarrollar hasta 1999. Aquel primer aparcamiento se construyó en Zaragoza, y el próximo en estrenarse se localiza en el complejo deportivo de Mendizorroza, en Vitoria.

El invento se ha ...

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Hace unas semanas, las agencias de información propagaron por medio mundo la noticia de un novedoso invento japonés: un aparcamiento subterráneo para bicicletas, especialmente útil en un país con una densidad de población tan alta. El invento es bueno, pero no proviene de Japón, sino de Aragón. Y tampoco es tan novedoso. La empresa Sistemas Medioambientales posee la patente desde 1994, aunque no la pudo desarrollar hasta 1999. Aquel primer aparcamiento se construyó en Zaragoza, y el próximo en estrenarse se localiza en el complejo deportivo de Mendizorroza, en Vitoria.

El invento se ha bautizado con el nombre de biceberg. Será porque sólo sale a la superficie una décima parte del volumen que ocupa. El resto está en el subsuelo. Bajo una especie de marquesina de color amarillo, se pueden almacenar 23, 46, 69 o 92 bicicletas, según el modelo (en Vitoria se han instalado 69). La idea resulta sencilla. Mediante una tarjeta magnética que incluye un código personal, el usuario puede introducir su bici en una consigna, donde caben además otros objetos como mochilas, libros, etcétera. Cuando quiere recuperarla, vuelve a teclear su número y sube a la superficie. Los contenedores se mueven por ordenador en un garaje de tres plantas.

La instalación de Vitoria ya se ha terminado. Sólo queda esperar a que los grupos políticos del Ayuntamiento, que ha invertido en el proyecto 156.000 euros (26 millones de pesetas), fijen un precio para junio. El inicio del verano es el momento idóneo para ponerlo en marcha. Si se emplea como referencia a otras ciudades españolas, el biceberg no resultará caro. En Zaragoza, donde están instalados dos, se pueden usar por ahora gratuitamente. En Huesca, la hora de aparcamiento se paga a unos 0,12 euros (20 pesetas). Existe otro en Blanes (Girona), dentro de una ambiciosa campaña para colocar 150 iglús en estaciones de autobuses de toda Cataluña. En el País Vasco se han iniciado contactos para instalar varios en un futuro. La Diputación vizcaína pretende introducir el sistema en las poblaciones más importantes, junto a los bidegorris. En Pamplona, la futura Plaza del Castillo tendrá dos aparcamientos de bicicletas subterráneos.

Los inventores del biceberg marcan distancias con la varante japonesa. 'Allí', explica José Manuel Turmo, de Sistemas Medioambientales, 'se usa para bicis estandarizadas, todas de alquiler. Aquí usamos un contenedor estanco, con una tecnología más avanzada y con medidas de seguridad'. De hecho, el sistema está preparado para apreciar movimientos, fuentes de calor o pesos excesivos en el interior, de modo que resulta imposible introducir a animales o incluso personas.

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