Crónica

Regate de Overmars y cambio de plan

Al primer ataque azulgrana, Hierro dio la señal en el Madrid para aplicar una revolución táctica que sólo se había ensayado durante 10 minutos

El Barça-Madrid confirmó la máxima preferida de Napoleón: 'No hay estrategia que sobreviva al contacto con el enemigo'. La táctica del Madrid en el Camp Nou duró lo que Overmars tardó en regatear a Makelele y buscar la espalda a Salgado. Tres minutos. El tiempo que tardaron los blancos en ejecutar un plan B, más improvisado que ensayado, que desechó el intento de jugar como en el choque de la Liga, con un 4-4-2. El Madrid modificó su dibujo y fue cediendo el balón al rival. Primero varió a un 5-3-2 y después a un 5-4-1. Sus jugadores no tardaron en poner la espalda contra su portero, Cé...

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El Barça-Madrid confirmó la máxima preferida de Napoleón: 'No hay estrategia que sobreviva al contacto con el enemigo'. La táctica del Madrid en el Camp Nou duró lo que Overmars tardó en regatear a Makelele y buscar la espalda a Salgado. Tres minutos. El tiempo que tardaron los blancos en ejecutar un plan B, más improvisado que ensayado, que desechó el intento de jugar como en el choque de la Liga, con un 4-4-2. El Madrid modificó su dibujo y fue cediendo el balón al rival. Primero varió a un 5-3-2 y después a un 5-4-1. Sus jugadores no tardaron en poner la espalda contra su portero, César.

'Lo entrenamos [el sistema con tres centrales] durante diez minutos', dijo ayer Vicente del Bosque. El técnico madridista no quiso levantar sospechas. Sacrificó la práctica, en los ensayos previos, para primar el factor sorpresa. Luego, en el partido, los jugadores se acomodaron según el 4-4-2, con Helguera en el centro del campo. Así, hasta comprobar que entre Helguera y Makelele era imposible contrarrestar a un Barça que superpobló esa zona con segundas y medias puntas: Overmars, Luis Enrique, Rochemback, Kluivert y Saviola.

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Ni el retraso de Helguera a la zaga fue suficiente para frenar la andanada. Hasta que Hierro llamó a Guti y Makelele para que apoyaran la línea de centrales, en el Madrid se desató el pánico. 'Todos los balones iban al Barcelona', recordó Makelele; 'menos mal que nos organizamos. Si no... Al principio, yo estaba muy solo en el medio y lo pasamos mal. Todos los rechaces de nuestra defensa eran para ellos porque jugaron con muchos medias puntas e incluso sin puntas, porque Saviola y Kluivert se retrasaron. Así que hablamos para que bajaran Solari, y sobre todo Guti, a ayudar'.

La virtud del Madrid fue prever el cambio, como explicó Del Bosque: 'Helguera empezó jugando en el medio campo y después se volcó atrás. Los jugadores se adaptaron porque no fue una imposición. Lo hablamos. Y ya lo habíamos practicado en Oporto [entonces Pavón, Hierro y Karanka ocuparon la zaga, Helguera y Flavio jugaron en el medio, y Guti ofició de punta solitaria]. Ese día dije que abrimos un paréntesis y lo cerramos. Ayer volvimos a abrirlo y a cerrarlo'.

Pararse en el campo como lo hicieron en la Liga fue la idea inicial. Pero formar un 4-4-2 clásico no fue posible, según Del Bosque, por dos razones: 'Primero, porque no teníamos a Figo'. Luego, porque había que 'contrarrestar' al Barcelona, que ocupa 'un frente muy amplio' cuando ataca. Ese frente se amplió más el martes gracias a Overmars.

El extremo zurdo holandés no fue titular en la Liga y eso permitió a Makelele lucirse como volante derecho. Pero ayer Overmars cambió el panorama. Desbordó de entrada y pronto le acompañó Motta, que, como recordó Del Bosque, pasó del lateral izquierdo al medio campo según retrocedía el Madrid.

Al final, Helguera terminó defendiendo el área del Madrid en la posición de central derecho en una línea de tres, con Hierro de libero y Pavón de marcador izquierdo. Esto no sólo complacía a Del Bosque. También a los centrales, que no se sienten tan rápidos para marcar a un punta cada uno.

'En la charla, antes del partido, el míster ya nos dijo que jugaríamos así', dijo Pavón en los pasillos del Camp Nou; 'no es nada nuevo si eres central. El trabajo es el mismo, sólo que Hierro se quedó atrás y Helguera y yo salimos un poco más a encimar a sus delanteros cuando se descolgaban a la media punta. Hicimos un partido inteligente'.

La consecuencia fue que el Madrid perdió la supremacía del control del balón. El Barça lo tuvo más del 50% del tiempo, pero no pudo marcar ningún gol.

'Dicen que hice un planteamiento pacato', observó Del Bosque tras leer los periódicos de ayer con una media sonrisa.

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