Flamencos y escombros

La fuerza de la naturaleza parece que se ha impuesto en los saladares de Agua Amarga, un humedal sometido a presiones urbanísticas por su cercanía al mar y su situación privilegiada entre los términos municipales de Elche y Alicante. Las constantes y copiosas precipitaciones de los últimos meses han propiciado esta primavera que el humedal se pueble de flamencos, una especie que no visitaba la zona desde hace quince años. Los ecologistas calculan que alrededor de 600 ejemplares campan diariamente por el paraje, y afirman que esta repoblación natural calibra el valor natural del humedal.
...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

La fuerza de la naturaleza parece que se ha impuesto en los saladares de Agua Amarga, un humedal sometido a presiones urbanísticas por su cercanía al mar y su situación privilegiada entre los términos municipales de Elche y Alicante. Las constantes y copiosas precipitaciones de los últimos meses han propiciado esta primavera que el humedal se pueble de flamencos, una especie que no visitaba la zona desde hace quince años. Los ecologistas calculan que alrededor de 600 ejemplares campan diariamente por el paraje, y afirman que esta repoblación natural calibra el valor natural del humedal.

Los saladares han sufrido en ocasiones el taponamiento intencionado de los canales fluviales que alimentan sus charcas o el vertido de escombros. Precisamente ayer, la Asociación de Amigos de los Humedales del Sur denunció ante el Seprona el desescombro en el paraje de residuos provenientes de la cercana Ciudad de la Luz, el proyecto impulsado por el Consell en Alicante. Según los ecologistas, varios camiones han vertido los escombros de los derribos de inmuebles expropiados en esta zona, que franquea el humedal y donde se planea la construcción de estudios de cine, locales de ocio, restaurantes y hoteles.

Más información
Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO