Telefónica se plantea volver a dar dividendo a partir del año que viene

Alierta afirma que restablecerán el pago si no hay una gran compra

Telefónica pretende dar una alegría a los 1,6 millones de accionistas de la operadora para compensar la mala evolución de los títulos, cuya cotización cayó el año pasado un 11% y acumula un descenso de casi el 20% en lo que va de ejercicio. Para paliar el descontento, la compañía se planteará a partir del año que viene restablecer el pago de dividendos, eliminado en 1998, o aplicar otras fórmulas de retribución como la recompra de acciones, según aseguró ayer el presidente de la operadora, César Alierta.

El anuncio del posible pago de dividendo, justo un día antes de la junta general de...

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Telefónica pretende dar una alegría a los 1,6 millones de accionistas de la operadora para compensar la mala evolución de los títulos, cuya cotización cayó el año pasado un 11% y acumula un descenso de casi el 20% en lo que va de ejercicio. Para paliar el descontento, la compañía se planteará a partir del año que viene restablecer el pago de dividendos, eliminado en 1998, o aplicar otras fórmulas de retribución como la recompra de acciones, según aseguró ayer el presidente de la operadora, César Alierta.

El anuncio del posible pago de dividendo, justo un día antes de la junta general de accionistas que se celebra hoy, está sujeto a la condición de que no surja una oportunidad importante de inversión (prioritariamente en Hispanoamérica) que aconseje dedicar esos fondos a tal fin.

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En este sentido, el presidente de la operadora aseguró que, al contrario de lo que le ocurre a sus competidores europeos, con fuertes problemas de endeudamiento, Telefónica va a generar un flujo de caja de 33.000 millones de euros hasta 2005, lo que les da un fuerte margen de maniobra ante cualquier oferta.

La compañía, que actualmente utiliza las ampliaciones gratuitas de capital para retribuir a sus accionistas, puede plantearse también la recompra de acciones, un mecanismo utilizado muy frecuentemente por las firmas anglosajonas, consistente en aprovechar la caída de la cotización para adquirir títulos en la Bolsa a precios de mercado, y eliminar esas acciones, aumentando el valor de los títulos en manos de sus accionistas.

Lo que Alierta sigue sin despejar son las dudas sobre la política de medios de comunicación y, aunque coincide con el pronóstico de que la crisis del gigante alemán Kirch abre un proceso de concentración inevitable de las televisiones de pago en Europa, se limitó a decir que 'Telefónica estará atento a las oportunidades que puedan surgir'.

También negó que exista ningún conflicto de intereses entre Admira, presidido por Luis Abril, y la nueva dirección general de contenidos para banda ancha, presidida por Kim Faura. Alierta quiso destacar también su apoyo explícito al consejero delegado, Fernando Abril-Martorell, ante los rumores de desavenencias 'fruto de gente que parece que no tiene nada que hacer'.

Respecto a Argentina, según las últimas cifras, la situación se ha estabilizado, no han aumentado los impagos y mejoran los datos de tráfico. Otro grave problema es el impago de los locutorios para inmigrantes, que el año pasado le costaron a Telefónica 178 millones.

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