Reportaje:ARROYO DE LAS TIJERILLAS | EXCURSIONES

Directo a la cima de la esfinge

El camino más corto a La Maliciosa remonta este curso de su cara suroeste desde la Barranca de Navacerrada

Desde los albores del excursionismo madrileño, a La Maliciosa se la comparó con seres tan dispares como una monja -el parecido que guardan las largas estrías blancas de sus ventisqueros con las tocas de ciertas religiosas lo señaló el primero Constancio Bernaldo de Quirós en su Guía alpina del Guadarrama, en 1909- y un rinoceronte, paquidermo cuyo hocico le recordaba a Juan Almelá Meliá (Andanzas Castellanas, 1918), vista por el lado occidental, su cúspide, con el cuerno del Peñotillo. Menos conocido, pero no menos acertado, es el símil que por esas mismas fechas acuñó el poeta Carlos Fernánde...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Desde los albores del excursionismo madrileño, a La Maliciosa se la comparó con seres tan dispares como una monja -el parecido que guardan las largas estrías blancas de sus ventisqueros con las tocas de ciertas religiosas lo señaló el primero Constancio Bernaldo de Quirós en su Guía alpina del Guadarrama, en 1909- y un rinoceronte, paquidermo cuyo hocico le recordaba a Juan Almelá Meliá (Andanzas Castellanas, 1918), vista por el lado occidental, su cúspide, con el cuerno del Peñotillo. Menos conocido, pero no menos acertado, es el símil que por esas mismas fechas acuñó el poeta Carlos Fernández-Shaw: La Maliciosa, esfinge inmutable.

Es La Maliciosa una esfinge de cuatro fortísimas patas -sus estribos de las Buitreras, los Almorchones, los Asientos y los Porrones- y elegante espinazo que asciende desde el collado del Piornal, donde entronca con las Guarramillas. Una esfinge que, centinela avanzada hacia la llanura desde el cogollo de la sierra, custodia dos espacios sagrados de ésta: el alto Manzanares a saliente y la Barranca de Navacerrada a poniente. Una esfinge que nos propone hoy el enigma de cuál es el camino más corto hasta su cima.

Desde la cima se ve todo Madrid, y en los días claros, hasta los montes de Toledo

Para subir a La Maliciosa hay catalogadas 13 vías. La más rápida y cómoda es la que se le acerca suavemente por la espalda, por el norte, desde el puerto de Navacerrada: dos horas y 600 metros de desnivel. Pero, con sus seis kilómetros, no puede ser la más corta. ¿Y las peligrosas trochas que trepan por la abismática cara sur? Tampoco: exigen una aproximación de cuatro kilómetros desde Mataelpino. La más directa es la que sube desde la Barranca por el arroyo de las Tijerillas, entre las Buitreras y los Almorchones, salvando 800 metros de altura en sólo dos kilómetros y medio. Con una pendiente del 32%, más que una senda, es una escalera.

Otra cuestión enigmática, pero para la que no tenemos respuesta, es por qué el arroyo de las Tijerillas aparece en todos los mapas, oficiales o no, con el nombre postizo y cero ingenioso de arroyo de La Maliciosa. Tijerillas le dicen los serranos desde que el mundo es mundo. Tijerillas le llama en sus Andanzas Juan Almelá Meliá, que remontó este regajo durante la primera ascensión a La Maliciosa de que hay noticia, allá por 1910, en lo más crudo del invierno. Y Tijerillas se lee en el letrero -cosa rara, porque los letreros en España rebuznan- que hay en un costado del aparcamiento número 2 de la Barranca, que reza: 'Senda Maliciosa y Tijerillas'.

Guiados por esa senda, empezaremos cruzando por un puente de madera el río Navacerrada, del que es afluente nuestro arroyo. Acto seguido, doblaremos a la izquierda y, culebreando por espeso jaral, pasaremos de largo junto al embalse del pueblo de Navacerrada para llegar en diez minutos a la vaguada del arroyo de las Tijerillas, el cual llevaremos cantando en lo sucesivo a mano izquierda, mientras que a la diestra nos hará enmudecer el silencio gris de una enorme pedrera. Bruscamente, pasaremos del piso del pino al de la gayuba, al del enebro y al piorno, y de éste al del azafrán y la roca.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Sin dejar un instante la senda, cruzaremos el arroyo por primera y última vez cerca de sus fuentes, empinado y cascajoso, nos encaramaremos al espinazo de La Maliciosa transcurridas dos horas desde el inicio y, virando a la derecha, en media hora más, a la propia cima, desde donde se ve todo Madrid y, en los días claros, hasta los montes de Toledo. A naciente se destaca La Pedriza, un caos absoluto de rocas junto al que reposa una de las estribaciones de La Maliciosa. La esfinge mira el desbarajuste pétreo de reojo y guarda silencio, enigmática.

Con buen tiempo y en forma

Dónde. La Barranca se halla a 60 kilómetros de la capital yendo por la M-607 (de Madrid a Navacerrada por Colmenar Viejo), con desvío señalizado a la derecha al poco de pasar el hito del kilómetro 57. Los autobuses de La Sepulvedana (teléfono 91 530 48 00) llevan al pueblo de Navacerrada, que está a sólo tres kilómetros de la citada Barranca. Cuándo. Marcha de siete kilómetros y cinco horas de duración -tres de subida y dos de bajada por el mismo camino-, con un desnivel acumulado de 850 metros -La Barranca, 1.380 metros; La Maliciosa, 2.227- y una dificultad alta, sólo recomendable en épocas de bonanza meteorológica y para personas en buena forma. Quién. Guillermo García Pérez es el autor del libro Andanzas por las sierras de Madrid, guía de la editorial La Tienda, donde se describen con todo detalle las 13 posibles ascensiones a La Maliciosa. Para esta subida en particular, también puede consultarse La sierra de Guadarrama (editorial El Senderista), de Juan Pablo Avisón. Y qué más. Cartografía que se puede consultar: hoja 18-20 (Cercedilla) del Servicio Geográfico del Ejército o mapa excursionista Sierra de Guadarrama, de La Tienda Verde (calle de Maudes, 23 y 38; teléfono 91 534 32 57). En ambos, el arroyo de Las Tijerillas figura como arroyo de La Maliciosa.

Archivado En