Ariel García Valdés bucea en el melodrama para vestir de poesía la ópera 'La favorita'

El director de escena catalanofrancés dirige en el Liceo de Barcelona la obra de Donizetti

La favorita, de Donizetti, una de las óperas belcantistas más populares del género lírico, no ha conseguido, pese a su inverosímil libreto plagado de tópicos románticos, sumir en la desesperación a un hombre de teatro como Ariel García Valdés. El director de escena catalanofrancés se ha tomado la dirección del montaje de esta obra como un reto que le ha permitido reflexionar y bucear en el melodrama para hallar una visión poética de la ópera, que el Liceo de Barcelona estrena el próximo día 16 en una coproducción con el Teatro Real de Madrid.

'Nunca habría dirigido esta ó...

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La favorita, de Donizetti, una de las óperas belcantistas más populares del género lírico, no ha conseguido, pese a su inverosímil libreto plagado de tópicos románticos, sumir en la desesperación a un hombre de teatro como Ariel García Valdés. El director de escena catalanofrancés se ha tomado la dirección del montaje de esta obra como un reto que le ha permitido reflexionar y bucear en el melodrama para hallar una visión poética de la ópera, que el Liceo de Barcelona estrena el próximo día 16 en una coproducción con el Teatro Real de Madrid.

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'Nunca habría dirigido esta ópera si el Liceo y el Real no me la hubieran propuesto. Pero me la he tomado como un reto y un ejercicio de humildad que me ha hecho reflexionar mucho sobre el melodrama', explica Ariel García Valdés. El director de escena asegura que si Luchino Visconti dirigió muchos melodramas operísticos sin quejarse nunca de lo absurdo de los libretos por muy inverosímiles que fueran, él no tiene derecho a maldecir su suerte.

'Un director de teatro tiene dos opciones a la hora de abordar una ópera: optar por una visión crítica situando la acción en la época indicada en el libreto o fuera de ella, o apostar por una visión poética. En La favorita, yo apuesto por la visión poética, sin rechazar el melodrama, porque la crítica no da de sí. Y no veo en ello un defecto', afirma García Valdés. 'Es bueno que los directores de escena, que siempre queremos darles un peso histórico a las tramas, reconozcamos la imposibilidad de algunos casos como éste, en el que el libreto es sólo el pretexto para crear un espectáculo y llevarlo a una estética como es el belcantismo'.

La esencia de la música

García Valdés no cambia de época la acción de la ópera, situada en Castilla en el siglo XIV, durante el reinado de Alfonso XI, quien, enamorado de Leonor de Guzmán (la favorita del título), quiere repudiar a la reina; pero el director rehúye la anécdota para, según él, 'reencontrar la esencia de la música'. 'El público de ópera no acostumbra a ir al teatro a buscar un argumento con profundidad, sino que va por la música, y en esta ópera he comprendido que mi misión era reforzar escénicamente el contenido musical', explica.

Junto con el escenógrafo y figurinista Jean-Pierre Vergier, García Valdés ha concebido una escenografía única, una inmensa roca negra que gira sobre sí misma y define, en esencia, seis escenarios diferentes. Una gran roca, que el director de escena califica de 'diamante negro', en cuyo interior están esculpidos los sentimientos de los personajes y que tiene como referente los acantilados de la costa de Rügen plasmados en sus cuadros por el pintor romántico Caspar David Friedrich.

'Uno nunca acaba de estar seguro de cómo saldrá', dice el director de escena, 'pero veo y trabajo esta escenografía con la convicción de que tiene magia y de que a pesar de ser un decorado único, que tiene el peligro de restar interés una vez visto, no dejará de sorprender al público hasta el final, porque posee un nervio interior que llega al corazón de la ópera'.

Con una escenografía esencial y un vestuario que califica como de 'época soñada', Ariel García Valdés asegura que el peso de la acción recae en los cantantes. 'Con un espacio que no juega al realismo, el dibujo de los personajes y sus sentimientos es esencial. La respuesta de los cantantes está siendo positiva. No son actores profesionales y no les he pedido imposibles, sólo he tratado de contener las emociones para evitar que los sentimientos del melodrama se desborden. Cuando los cantantes se ajustan al físico de los personajes se puede intentar llegar más lejos; pero como no es el caso, hay que asumir las incongruencias y buscar el equilibrio'.

La favorita, de la que se ofrecerán 10 funciones hasta el 29 de abril, estará protagonizada en sus principales papeles por la mezzosoprano estadounidense Dolora Zajick, el tenor catalán Josep Bros y el barítono santanderino Manuel Lanza. La dirección musical correrá a cargo del australiano Richard Bonynge, especialista en la ópera belcantista, que dirigirá su propia revisión de la partitura original francesa de la obra, que habitualmente se representa en la versión italiana realizada en 1850, 10 años después del estreno en París.

El estreno de este montaje se enmarca en el convenio de coproducciones del Liceo con el Teatro Real, como los montajes, ya estrenados en Madrid, de Babel 46, de Montsalvatge, y L'enfant et les sortilèges, de Ravel, con dirección escénica de Jorge Lavelli; Così fan tutte, de Mozart, con dirección de Josep Maria Flotats, y Rigoletto, de Verdi, con dirección escénica de Graham Vick.

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