Artistas en los jardines

Martín Fiz y otros fondistas vitorianos podrán seguir entrenando en el parque del Prado como hasta ahora, pero el paisaje habrá sufrido una transformación. Este rincón clásico entre las zonas verdes de Vitoria, de forma trapezoidal, vivirá a partir de mayo la actuación de cinco creadores que tratarán de reflexionar sobre la intervención artística en el espacio urbano. Sus aportaciones se completarán con un congreso sobre esta materia, coordinado por Rosa Olivares, directora de la revista de arte Exit.

Los artistas elegidos son Esther Ferrer, Susana Solano, Francisco Ruiz de Infan...

Martín Fiz y otros fondistas vitorianos podrán seguir entrenando en el parque del Prado como hasta ahora, pero el paisaje habrá sufrido una transformación. Este rincón clásico entre las zonas verdes de Vitoria, de forma trapezoidal, vivirá a partir de mayo la actuación de cinco creadores que tratarán de reflexionar sobre la intervención artística en el espacio urbano. Sus aportaciones se completarán con un congreso sobre esta materia, coordinado por Rosa Olivares, directora de la revista de arte Exit.

Los artistas elegidos son Esther Ferrer, Susana Solano, Francisco Ruiz de Infante, Claudia Wissmann y Sergi Aguilar. Cada uno de ellos ha recorrido el parque preferido de los atletas, que también es un espacio de recreo infantil y un lugar de paso entre el barrio de Ariznavarra, el camino que lleva a la ermita de Armentia, y la Senda, el paseo donde se encuentran Ajuria Enea o el Museo de Bellas Artes de Vitoria.

Esther Ferrer (San Sebastián, 1937), una de las mejores representantes de la performance, ha optado por utilizar los números primos. En una combinación entre un orden con apariencia de caos como es el que caracteriza estas cifras y la idea de recorrido, Ferrer propone intervenir en los itinerarios del parque y de los alrededores con un trayecto por estos números: 'Una especie de serpentina que recorra las cifras, con una especial atención a los números primos, mientras que los otros se definirían por baldosas sin marcar', explica la creadora donostiarra.

Por su parte, Francisco Ruiz de Infante (Vitoria, 1966) reflexiona sobre el concepto de 'reserva' con la creación de un lugar que recupere para la memoria colectiva aquellos espacios de juegos tradicionales, hoy desaparecidos porque no cumplen las debidas normas de seguridad. Con el complemento de talleres didácticos en las escuelas de la zona, el que es uno de los artistas más interesantes de su generación propone una cartografía sobre las diversiones infantiles en la que destaca un espacio inaccesible (una jaula cúbica) que recoja los columpios tradicionales.

Susana Solano (Madrid, 1946), referencia imprescindible del arte de los últimos decenios, apuesta por el respeto al transeúnte que disfruta del parque. Su proyecto La linterna atiende a los paseantes de todas las edades, estará ubicada al pie de un árbol y trata de ofrecer un nuevo itinerario a los diferentes que recorren el parque.

Claudia Wissman (Dindgen, Alemania, 1964) ha elegido la iluminación a ras de suelo, con pequeños jardines de luz, cuadrados que tendrán la apariencia de excavaciones arqueológicas de culturas remotas. Pero son jardines artificiales que tratan de dialogar entre la naturaleza domesticada de las ciudades y una posible arqueología del futuro.

Y Sergi Aguilar también mantiene la máxima de una intervención respetuosa con el parque. Plantea la colocación de planchas sobre el suelo que muestren mapas y planos de diferentes lugares del planeta. 'El resultado de su manipulación y composición final será un collage de los cinco continentes', señala el artista en su memoria.