El ex funerario de Málaga admite que participó en las cremaciones ilegales

El ex empleado sostiene que se llevó los restos cuando fue despedido

El ex empleado de funerarias F. E. B., que conservaba en su domicilio hasta 20 cráneos y otros restos humanos, admitió en su declaración ante el juez que participó en las supuestas cremaciones ilegales que fueron destapadas en 1997 en Málaga en el llamado fraude de las funerarias. En esta supuesta estafa fueron investigados seis funerarios y un empleado del cementerio de Málaga que, según la fiscalía, realizaron unas 3.000 incineraciones ilegales y mezclaron las cenizas que luego entregaban a los familiares.

F. E. B., encargado de transportar los restos, creía que las incineracio...

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El ex empleado de funerarias F. E. B., que conservaba en su domicilio hasta 20 cráneos y otros restos humanos, admitió en su declaración ante el juez que participó en las supuestas cremaciones ilegales que fueron destapadas en 1997 en Málaga en el llamado fraude de las funerarias. En esta supuesta estafa fueron investigados seis funerarios y un empleado del cementerio de Málaga que, según la fiscalía, realizaron unas 3.000 incineraciones ilegales y mezclaron las cenizas que luego entregaban a los familiares.

F. E. B., encargado de transportar los restos, creía que las incineraciones eran legales hasta que se produjeron las detenciones, lo que ocurrió en 1997. No obstante, testificó que mantuvo restos en una nave de la funeraria Aurora hasta hace cinco meses, momento en el que fue despedido y se los llevó a su casa para evitar un problema a otra persona, declaró. En esta empresa trabajó desde enero a septiembre de 2001. El entonces gerente de Aurora, Antonio Fernández, negó que los restos pudieran estar en la nave y que el despido tuviera relación con estos hechos. 'Yo los desconocía', dijo.

El ex funerario relató ante el juez que no obtenía beneficio económico de las incineraciones y que sólo cobraba 18 euros por las horas extras para transportar los restos. Según F. E. B., los encargos los hacía J. M. O. M., que era el gerente de Funesur, funeraria en la que trabajó antes de llegar a Aurora.

La fiscalía conoce tales diligencias y espera la datación de los restos óseos para determinar si los hechos se suman al fraude de las funerarias, pendiente de juicio.

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