Reportaje:

Trienios de solidaridad

Funcionarios de la Generalitat harán de tutores de los 34 discapacitados recién llegados

Los funcionarios también tienen su cara amable. Y a quien le cueste creerlo, que ponga a prueba sus convicciones con la labor que realizan 16 empleados públicos de las distintas consejerías de la Generalitat que, a sus funciones, han añadido una nueva: la supervisión de las 34 personas disminuidas físicas o sensoriales que han comenzado a trabajar en la Administración autonómica la semana pasada. Ellos serán los encargados de tutelar su actividad, de ayudarles e introducirles en la labor diaria ya sea administrativa o de atención al público. O, en palabras del técnico responsable del proyecto,...

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Los funcionarios también tienen su cara amable. Y a quien le cueste creerlo, que ponga a prueba sus convicciones con la labor que realizan 16 empleados públicos de las distintas consejerías de la Generalitat que, a sus funciones, han añadido una nueva: la supervisión de las 34 personas disminuidas físicas o sensoriales que han comenzado a trabajar en la Administración autonómica la semana pasada. Ellos serán los encargados de tutelar su actividad, de ayudarles e introducirles en la labor diaria ya sea administrativa o de atención al público. O, en palabras del técnico responsable del proyecto, el jefe de servicio de calidad en recursos humanos de Bienestar Social, Jesús Caro, se encargarán de 'poner los trienios a disposición de la solidaridad'. Caro define esta labor, novedosa este año, como un 'compromiso no formal sino humano' ya que se pretende crear un vínculo entre tutor y tutelado que desborde las estrecheces de la simple relación laboral. Se trata de evitar que los nuevos trabajadores 'se sientan desasistidos' en sus ocupaciones, como ocurría con gran parte de las personas discapacitadas que se integraban los años anteriores en la Administración valenciana. Y de paso, romper con el estereotipo del funcionario gris, malhumorado, amante de los pasatiempos y los almuerzos generosos.

'Se pretende crear un vínculo que desborde la relación laboral'
'Maite está confinada en una silla de ruedas, lo que no supone mayor problema'

Un ejemplo de la relación que se pretende alentar es la que mantiene Maite con Alejandro Ródenas, el responsable de la oficina de ayuda a las víctimas del delito, una dependencia enmarcada en la Consejería de Justicia. Maite está confinada en una silla de ruedas, lo que, como apunta Alejandro, no supone mayor problema para su trabajo en la oficina ya que atiende al público tras un mostrador. Atrás quedaron las sustituciones en la Consejería de Sanidad o los trabajos temporales como operadora telefónica. Como ella, se encuentra Carmen, a quien Caro define como una 'gran psicoterapeuta', que ha abandonado las consultas en clínicas privadas por un trabajo en el Instituto Valenciano del Discapacitado (Ivadis) dependiente de Bienestar Social. O Juan Carlos, un graduado social de 38 años que ha entrado en el departamento de contratación de la Consejería de Economía y Empleo. Todos ellos, como los 31 restantes repartidos en los distintos departamentos del Consell, presentan una discapacidad por deficiencia física en un grado igual o superior al 33%, son diplomados o licenciados, mayores de edad y residentes en la Comunidad.

El consejero de Bienestar Social, Rafael Blasco, fue el encargado de dar la bienvenida ayer a los nuevos funcionarios. Y les dejó muy claro lo que se espera de ellos con sus últimas palabras de la recepción: 'A trabajar'.

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