Reportaje:

Mango reenfoca su inversión

La cadena de moda se tecnifica y se expande a los cinco continentes

Mango, la cadena de moda de los hermanos Isak y Nahman Andic, en plena expansión ya en los cinco continentes, ha revisado el ambicioso plan inversor anunciado hace un año (240 millones de euros hasta 2005), por la tecnificación de la logística y la congelación de su megacomplejo en Lliçà d'Amunt (Barcelona).

Tal vez por sus precios relativamente asequibles, las ventas de Mango -que, junto con Zara (Inditex) y Cortefiel, acapara casi la mitad de las ventas españolas de prendas de vestir en el exterior-, no se están resintiendo de una coyuntura económica desfavorable. El año...

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Mango, la cadena de moda de los hermanos Isak y Nahman Andic, en plena expansión ya en los cinco continentes, ha revisado el ambicioso plan inversor anunciado hace un año (240 millones de euros hasta 2005), por la tecnificación de la logística y la congelación de su megacomplejo en Lliçà d'Amunt (Barcelona).

El proyecto de trasladar en bloque el 'cuartel general' de Mango a un 'megacomplejo' logístico en la barcelonesa Lliçà d'Amunt está congelado
El grupo carece de talleres propios en el exterior: los proveedores de China y Marruecos aportan el 80% de la producción total

Tal vez por sus precios relativamente asequibles, las ventas de Mango -que, junto con Zara (Inditex) y Cortefiel, acapara casi la mitad de las ventas españolas de prendas de vestir en el exterior-, no se están resintiendo de una coyuntura económica desfavorable. El año pasado, la facturación aumentó un 17%, hasta situarse en los 841,4 millones de euros (139.997 millones de pesetas) y, en 2002, las previsiones elevan la cifra a 980 millones de euros.

Según la dirección de la firma, la actual época de vacas flacas no tiene que ver con la caída de la inversión, que en 2001 fue casi la mitad de la realizada el año anterior (17,5 millones de euros frente a 30,1 millones en 2000) y cuyo ritmo se modulará respecto del anunciado a principios de 2001 para los próximos años. Se debe, por contra, a la reconsideración del gran proyecto logístico planificado para Lliçà d'Amunt.

'La inversión se retrasa porque la tecnología está teniendo un gran impacto en el mundo de la logística. Deberá ser más reducida y reenfocarse en función de la tecnología', explica Enric Casi, director general del grupo textil con nombre de fruta exótica fundado en Barcelona a mediados de los ochenta por los hermanos Andic, de origen turco.

Cambio de planes en Lliçà

La tecnificación de la producción y la logística ha cambiado los planes de Mango. El cuartel general de la empresa, en la localidad barcelonesa de Palau de Plegamans i Solità, ya no se trasladará en bloque a Lliçà, donde estaba previsto un gran complejo que iba a ocupar más de 300.000 metros cuadrados. Al contrario de lo previsto, una parte de las actividades de la empresa se mantendrán en Palau, donde trabajan casi mil de los 5.000 empleados del grupo, y sólo otra parte se trasladará a los terrenos de Lliçà, donde las obras están paradas.

'La tecnología avanza tan deprisa que el proyecto quedó viejo. Nuestro centro de Lliçà no se completará hasta dentro de unos cuatro años. Ahí necesitaremos mucho menos espacio, porque el problema ya no es de metros, sino de tecnología', explica Casi. La empresa no puede precisar todavía cuánto deberá invertir finalmente en este centro, que inicialmente debía llevarse algo más de 66,11 millones de euros. De cara a 2002, la inversión sostendrá el ritmo del año pasado (18 millones de euros).

Sólo el 20% de la producción de Mango, marca de la sociedad Punto Fa, se realiza en España. El resto se reparte entre Marruecos (cerca de un 30%) y China, donde se concentra la mitad. El grupo no posee talleres propios en estos países, sino que ha optado por acuerdos con proveedores que no trabajan con exclusividad para la empresa catalana.

Expansión vertiginosa

El camino recorrido desde que, en 1984, Mango abriera su primera tienda en el céntrico Passeig de Gràcia de Barcelona, ha estado marcado por una expansión vertiginosa, dentro y fuera de las fronteras españolas. Dieciocho años más tarde, suma 575 tiendas en 62 países y, en 2002, la penetración en China y Australia, entre otros países, permitirá a la empresa vender sus prendas en los cinco continentes.

Hoy es historia decir que los ingresos en el exterior superan a los obtenidos en el mercado nacional. El vuelco se produjo hace cinco años. En 2001, el 68% del negocio de Mango se hizo fuera de España. De ese 68%, un 34% corresponde a países de la Unión Europea, donde Mango apuesta por las tiendas propias en lugar de las franquiciadas, donde la empresa vende también por Internet (sólo 15 millones de pesetas al mes) y donde la dirección confía en concentrar el grueso de su crecimiento en los próximos años.

La expansión vertiginosa de Mango, que desconoce lo que es el reparto de dividendos, se ha financiado con los resultados (en 2000, según el registro mercantil, éstos rozaron los 9.000 millones de pesetas) y con préstamos bancarios. El endeudamiento del grupo era del 39% del pasivo a 31 de diciembre del año pasado. 'A medio plazo quizá haya que plantearse la entrada de nuevos accionistas o una salida a Bolsa, por qué no', comenta Enric Casi.

El plan de crecimiento de Mango contempla sostener un aumento anual de ventas similar al de los últimos años (150 millones de euros), y se queda corto respecto de las previsiones anunciadas hace unos años: que en 2003 podría alcanzar una facturación de 1.803 millones de pesetas (300.000 millones de pesetas). Hoy, la previsión para ese año se queda en 190.000 millones.

Aunque el año pasado Mango amplió su presencia en España con 14 de sus 80 tiendas nuevas, el grupo considera que el mercado español está saturado. En esta apreciación se suman una serie de factores: desde la amplia presencia lograda en España (que aportó al grupo 232 millones de euros en 2001) o la dura pelea por locales bien ubicados, pasando, claro está, por la fuerte competencia; no sólo con otras firmas españolas que, entre sus clientes, tienen a mujeres de entre 18 y 40 años que visten moderno (donde se centra exclusivamente la oferta de Mango), sino también con las que han desembarcado en España en los últimos años, como la sueca Hennes & Mauritz (H&M). Pese a que Zara vende ropa también para hombres y para niños, en España se la identifica con el hueso más duro de roer para Mango. En esta batalla, la empresa catalana juega a fondo la baza de la publicidad, que cada año se come una cantidad equivalente al 4% de los ingresos.

Las cadenas que dominan todo el proceso desde el diseño hasta la venta en la tienda, como las del grupo Inditex o el propio Adolfo Domínguez, están levantando el sector de la confección español. En total, tienen una cuota del 17% del mercado.

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