La 'glocalización' bursátil

La Bolsa concilia el negocio global con su vocación local

Valencia ya negociaba valores mobiliarios en 1863 en una especie de Bolsa extraoficial donde se cruzaban obligaciones de los ferrocarriles, acciones de sociedades de crédito y de Aguas Potables. La ciudad no contó, a pesar de varios intentos, con Bolsa propia hasta 1980. El volumen de títulos negociados pasó de los 3.600 millones de pesetas de entonces a los 188.000 millones de 1989, año de la gran reforma de los mercados de valores españoles. Once años después el parqué negocia dos billones de pesetas.

Desde su creación, la Bolsa 'más joven de España, la más pequeña y la que más ha cre...

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Valencia ya negociaba valores mobiliarios en 1863 en una especie de Bolsa extraoficial donde se cruzaban obligaciones de los ferrocarriles, acciones de sociedades de crédito y de Aguas Potables. La ciudad no contó, a pesar de varios intentos, con Bolsa propia hasta 1980. El volumen de títulos negociados pasó de los 3.600 millones de pesetas de entonces a los 188.000 millones de 1989, año de la gran reforma de los mercados de valores españoles. Once años después el parqué negocia dos billones de pesetas.

Desde su creación, la Bolsa 'más joven de España, la más pequeña y la que más ha crecido' creó en condiciones de igualdad con los otros mercados de valores -Madrid, Barcelona y Bilbao- la sociedad de bolsas, dueña del mercado continuo, y el servicio de liquidación y compensación, entre otros proyectos. Ni la cultura empresarial local ni la legislación han favorecido la entrada de las pymes en este parqué, simbólico en términos de contratación -el mercado español movió en 2001 unos 501.764 millones de euros (83,5 billones de pesetas)-. La cuota valenciana ha pasado del 2,88 de 1999 al 2,57 del 2001. Madrid tiene una cuota del 64% y Barcelona y Bilbao un 16%, respectivamente.

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A pesar de las cifras, la Bolsa local se ha hecho un hueco como centro de servicios financieros. No es un peso pesado de las finanzas españolas pero es rentable -los socios de la Bolsa valenciana ganaron el año pasado 111 millones de euros (18.547 millones de pesetas)-, y está cerca del inversor. El Palau Boïl d'Arenós, sede del parqué, forma además con cajas de ahorros, bancos y alguna que otra sociedad el único núcleo financiero autóctono de la Comunidad, y en tanto que centro de servicios ha conseguido avances en la normalización de las relaciones entre los valencianos y su bolsa. Ha popularizado las salas de bolsa, los clubes de inversión y las campañas informativas a las empresas, mejorando la cultura financiera de los valencianos. Ésta es su vocación local.

Pero está también la global. Sostienen los teóricos que la única globalización real es la financiera y las Bolsas son sus brazos operativos. Europa ensaya hace unos años un modelo de integración bursátil que no conserve los mercados nacionales. En España se consiguió el pasado 15 de febrero, en que los mercados españoles crearon el holding Mercados y Sistemas Financieros, SA. El holding reúne a las cuatro bolsas, el mercado de derivados MEFF, las plataformas de deuda pública SENAF y de renta privada AIAF, la sociedad de compensación y liquidación Iberclear y el mercado de futuros de cítricos FC&M. Es una sociedad patrimonial que concilia la integración de mercados con la autonomía de las bolsas periféricas. Sus cifras de negocio producen vértigo; gestionará tres billones de euros en acciones y renta fija, y 36,5 millones de contratos de derivados.

Las negociaciones no fueron fáciles. Los mercados periféricos se opusieron a la tentación de Madrid de reducir las bolsas a una sola. '¿Por qué pueden existir 13 bancos, cinco compañías de seguros, más de una línea aérea y no cuatro bolsas?', argumentaba el ex director de la Bolsa de Valencia Francisco Álvarez. Joan Hortolà, el presidente de la Bolsa de Barcelona, fue más contundente al calificar de 'borrachera centralista' la insinuación del Banco de España de que no tenía sentido económico mantener cuatro bolsas.

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Los accionistas del holding serán bancos, cajas y entidades de bolsa, lo que, por ejemplo, convertirá al BBVA y BSCH en los principales accionistas. Antonio Zoido, de la Bolsa de Madrid, preside el holding, y las tres vicepresidencias las ocupan el BBVA, Ibercaja y La Caixa. Ángel Torre, presidente de la Bolsa de Valencia, ocupa una vocalía.

El vicepresidente de la Bolsa de Valencia, Manuel Escámez, lo advirtió tras la creación de la sociedad: 'El holding permitirá desarrollar nuevos productos y servicios con una reducción de costes'. Pocos predicen cuáles serán los efectos de la integración, pero las bolsas de Barcelona, Bilbao y Valencia seguirán donde están y competirán porque el negocio entre por su puerta.

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