ASAMBLEA

Acoso, policías y prisioneros afganos

A lo mejor no es una enfermedad, pero cuesta una enfermedad. Lo apruebe o no lo apruebe el PP. Porque ayer, en la Asamblea, los populares se cargaron una proposición no de ley que pedía considerar el acoso moral y psicológico en el trabajo enfermedad profesional. Lo había defendido Teresa Nevado (PSOE-Progresistas), y briosamente. Lo calificó como uno de los 'peores accidentes laborales'. Intentó razonar, explicar, hacer ver que el acoso en el trabajo sume en la depresión, en la angustia, a miles de españoles.

Hizo lo propio Julio Setién (IU). Y nada. La popular Elena González contraata...

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A lo mejor no es una enfermedad, pero cuesta una enfermedad. Lo apruebe o no lo apruebe el PP. Porque ayer, en la Asamblea, los populares se cargaron una proposición no de ley que pedía considerar el acoso moral y psicológico en el trabajo enfermedad profesional. Lo había defendido Teresa Nevado (PSOE-Progresistas), y briosamente. Lo calificó como uno de los 'peores accidentes laborales'. Intentó razonar, explicar, hacer ver que el acoso en el trabajo sume en la depresión, en la angustia, a miles de españoles.

Hizo lo propio Julio Setién (IU). Y nada. La popular Elena González contraatacó con una enmienda de sustitución que dejaba reducida la proposición a una comisión. No lo aceptó Nevado. Y se quedó sin aprobar lo que ya en otros parlamentos es normativa. Es éste un país en el que para ser considerado enfermo hay que ir con las tripas en la mano.

No tuvo fortuna la oposición. Al socialista Pedro Sabando, que urgía a Alberto Ruiz-Gallardón a hacer algo con la creciente inseguridad ciudadana, le salió el jefe del Ejecutivo con el pacto suscrito con su antecesor, Jaime Lissavetzsky, de considerar a la Guardia Civil como sustitutoria de la policía autónoma. Y no era eso lo que decía Sabando, no. Sabando hablaba de falta de efectivos, de problemas como los protagonizados esa mañana entre Policía Municipal y Cuerpo Nacional de Policía, que Ruiz-Gallardón calificó de incidente. Caray con el incidente.

Hubo tantas referencias al pasado y, a veces, tan equivocadas que el portavoz de IU, Ángel Pérez, pidió la palabra por 'el artículo 103' -'y en artículo mortis', añadió, 'que me ha dejado usted helado'- para explicar que no, que, en contra de lo sugerido por la consejera de Servicios Sociales, en 1997 ellos nada tenían que ver con el Gobierno vasco, ni con el madrileño. Por cierto que ayer se supo que Ruiz-Gallardón no habla con el presidente de EE UU, George Bush. Se lo dijo a Fernando Marín, de IU, que le pedía su opinión sobre la situación de los presos afganos en Guantánamo. Dijo el presidente: 'No le he llamado porque seguro que no se me ponía al teléfono'.

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